REDES MALIGNAS.
ANECDOTARIO.
POR JAVIER ROSALES ORTIZ.
Ustedes o, yo, para bien o para mal hemos sido presas de las mal llamadas “redes sociales” que han abarcado ya un terreno peligroso y que cumplen con su objetivo de generar polémica entre los seres humanos a los que les han amargado la vida.
Y avanzan y avanzan y nadie las detiene, porque ni las autoridades federales han sido capaces de ponerles un freno, no obstante que hasta en su vida privada se introducen de la manera más ridícula.
Tal es el caso de la presidenta de México, Claudia Sheinbaun Pardo, quien junto con su esposo se avienta unos pasos de baile en estos días patrios, que ha provocado la risa y los aplausos de quienes no se pierden esos arreglos y movimientos que le inyectan sabor a sus figuras.
Nadie sabe qué cara puso ella con esta deformación digital, si lo disfruto o no, pero muchos mexicanos han opinado que es burlarse de nuestra máxima autoridad, quien de cómica, nada tiene.
Ella ha actuado con mano firme en momentos convulsionados de México y su relación con el extranjero, por eso no se vale que una mujer con arranque y seriedad sea una de las victimas principales de las redes ya malignas.
A nivel local, en Tamaulipas, pocos políticos y autoridades han quedado fuera de esos juegos que agarran demasiado vuelo en los medios como caricaturas, videos y malas palabras, que pecan en lo absurdo, grotesco y anómalo, pero las redes siguen y siguen.
Y por citar algunos casos, está el del Secretario de Salud de Tamaulipas, Vicente Joel Hernández Navarro, quien se enteró que había renunciado hace algunos días a su cargo para ocupar otro de más alto rango, lo que acaba de desmentir, sin saber aun de donde salió esa versión que dio lugar a caricaturas, videos y serias críticas, de esas que a todos duelen.
El, el doctor, es el personaje más serio de la administración estatal, un hombre muy humanitario, que en este amargo trago fue muy defendido por quienes se han cruzado en su camino, entre ellos integrantes del magisterio de Tamaulipas.
Y va otro más, el del Gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya y el alcalde de Ciudad Victoria, Eduardo Gattas Báez, cuya buena relación ha sido puesta en duda, para afectarlos a los dos y a la ciudadanía local, también.
Que no se ven, que no se hablan, que no sonríen, cuando en fotografías tomadas en palacio de gobierno salen abrazados el día del grito, lo que destruye lo que las redes malignas quieren dar a entender, las que están a favor de todo, menos de la unidad.
Y que no quede afuera uno más, el del rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Dámaso Anaya Alvarado, quien no ha escapado de la mofa de las redes, tan solo por ser el primo del gobernante tamaulipeco.
Sabe él que con el trabajo que ha desarrollado en poco tiempo a favor de los universitarios es suficiente para taparle la boca a los mal pensados, pero tal parece que no le agrada perder el tiempo con juguetes que solo desprestigian.
A lo mejor todo ellos, las figuras que escogen las redes, saben que no hay quienes las detengan, porque en lugar de castigarlos por
dañar, van a salir ganando al hacer crecer su audiencia, que es lo que realmente, buscan.
Así de sencillo, nadie puede con ellas.
Mientras abunden, los curiosos.
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