El PatinaderoJuan Antonio Montoya Báez
Un rumbo nuevo
Los aviones comerciales rara vez suspenden sus vuelos por el clima, los capitanes y su tripulación ya tienen los cálculos para poder realizar el viaje sin contratiempos.
Los pilotos saben que un huracán puede alcanzar rachas de 250 kilómetros por hora, pero ellos vuelan arriba de los 600 kilómetros de hora por lo que pueden evadirlo y si no tienen de otra pueden atravesarla, dependen del tamaño del avión y su velocidad.
Un avión pequeño no tiene nada que hacer, seguramente se vendrá a tierra, por lo que los pilotos no tienen otra más que evadir.
Regularmente los capitanes siempre toman la opción de desviarse, no corren riesgos innecesarios, protegen las vidas que tienen en sus manos y su propia seguridad.
Hace varios sexenios se inició la construcción de la carretera Rumbo Nuevo, fue una visión del ex gobernador MANUEL CAVAZOS LERMA, quien presentó su proyecto, con un presupuesto previsto y era una de las obras más emblemáticas de su administración.
Era una carretera moderna con varios carriles que evitaba la peligrosa carretera vieja a Tula, donde se dieron miles de accidentes, muchos de ellos mortales, pues los voladeros son imponentes.
Rumbo Nuevo era la respuesta a los tamaulipecos que viajaban al centro del Estado, por lo que le puso todo su esfuerzo para tratar de concluirla antes de culminar su mandato. Ordenó a su Secretario de Obras Públicas, PEDRO HERNÁNDEZ CARRIZALES no escatimar en gastos en la construcción.
No lo logró, fracasaron, pero si duplicaron el presupuesto al trabajar hasta tres turnos en la carretera donde se dieron diversos accidentes laborales y murieron docenas de obreros, según cuentan ingenieros que colaboraron en su construcción.
El motivo de su fracaso, además del tiempo, fue el clima, le tocaron largas temporadas de lluvias que reblandecían el terreno y provocaban derrumbes en lo largo y ancho de la construcción, donde perdieron la vida algunos obreros.
Es por eso que la carretera Rumbo Nuevo en el ánimo popular se le conocía con el nombre como Derrumbe Nuevo.
La ambición de entregar la carretera finalmente la pagó PEDRO HERNÁNDEZ CARRIIZALES, al ser encarcelado por la administración entrante de TOMÁS YARRINGTON RUVALCABA, como una especie de venganza política y mandar un mensaje a su antecesor como una especie de grito de independencia.
Estamos a unas semanas de que empiece a funcionar la caseta de cobro de la Rumbo Nuevo cuando alguien decidió privatizar un bien público a cambio mil 500 millones de pesos con los que se daría mantenimiento y otras mejoras a la obra.
Es una obra polémica, muchos consideran que alguien hizo el negocio del siglo, vender una carretera por un tiempo de 20 años a una empresa privada. Es una de las rutas más transitadas, con miles de autos que circulan.
Imaginemos las ganancias que se obtendrán cuando se encuentre en funcionamiento, será un gran negocio que permitirá la tranquilidad de los nuevos dueños de la carretera ante el desánimo, enojo y molestia de miles de tamaulipecos que reprueban la venta de un bien público.
El costo político de vender una carretera construida con recursos estatales por las administraciones priístas de MANUEL CAVAZOS LERMA y TOMÁS DE JESÚS YARRINGTON RUVALCABA, cuando supuestamente eran más ladrones.
Morena tiene varios municipios en riesgo por el rumbo de sus decisiones.
Es de sabios cambiar de opinión, quizá es el momento de evitar tormentas, y como los capitanes de las grandes aeronaves cambiar la ruta y regresar a los tamaulipecos un Rumbo Nuevo.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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EL PATINADERO
LIC. JUAN ANTONIO MONTOYA BAEZ
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