Columna Rosa, solo para Mujeres.
“Situación del Campo en Tamaulipas.”
Por: Lic. Bárbara Lera Castellanos.
El campo en Tamaulipas enfrenta en 2025 múltiples desafíos que amenazan su productividad y la sustentabilidad de las actividades agrícolas y ganaderas.
La falta de apoyos federales, escasez de lluvias, altos costos de producción y limitaciones en infraestructura son problemas clave que afectan a los agricultores y, en consecuencia, a la economía rural de la entidad.
El ciclo agrícola otoño-invierno 2025–2026 se prevé con una reducción significativa en la siembra debido a estas dificultades, especialmente en la región norte, donde las hectáreas cultivadas han disminuido y se presentan complicaciones para la germinación y desarrollo de cultivos básicos como sorgo, maíz y algodón, que son pilares del campo tamaulipeco.
Entre los factores que agravan la crisis están el elevado costo de insumos agrícolas como diésel, fertilizantes y herbicidas, que incrementaron hasta un 25% respecto al ciclo anterior, y la falta de apoyos crediticios o seguros agrarios que permitan a los productores mantener su actividad.
Por otra parte, la inseguridad y la carencia de condiciones justas impulsaron recientemente bloqueos carreteros por parte de campesinos que exigen atención y soluciones urgentes para el sector.
Todo esto incide en que muchos agricultores consideren abandonar el campo, afectando la producción local y la seguridad alimentaria regional.
Para revertir esta situación se han planteado diversas propuestas estratégicas que buscan la modernización y el fortalecimiento del sector agrícola.
Destacan planes integrales que incluyen la mecanización y adopción de tecnologías innovadoras, manejo sustentable del agua mediante riego por goteo y uso de agua tratada, diversificación y rotación de cultivos, así como el impulso a la investigación en microbiología del suelo para mejorar la calidad y productividad de la tierra.
Además, el gobierno estatal ha destinado un presupuesto histórico de más de 636 millones de pesos para apoyar y desarrollar el campo, fomentando créditos con mejores tasas de interés, subsidios de seguro agrícola y proyectos para aprovechar subproductos como la producción de harinas nixtamalizadas de sorgo.
El futuro del campo en Tamaulipas también depende de fortalecer la colaboración entre productores, académicos y autoridades para garantizar una política pública centrada en la sostenibilidad y justicia económica para los campesinos.
La inversión en infraestructura, programas de seguridad alimentaria y proyectos estratégicos como plantas de etanol contribuyen a enfrentar los retos climáticos y económicos que atraviesa el sector.
Cabe mencionar que la transformación del campo tamaulipeco pasa por una combinación de apoyos financieros, innovación tecnológica y políticas de apoyo social que aseguren condiciones dignas y justas para quienes trabajan la tierra, fomentando así su permanencia y desarrollo productivo en el estado.
