Prefieren defender a empresas que a víctimas de acoso sexual

Eduardo Pacheco
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Prefieren defender a empresas que a víctimas de acoso sexual

Congreso de Tamaulipas se declara sin acción ante denuncias de acoso sexual sin judicializar

*La diputada Eva Reyes admite que, sin querella formal, el Legislativo no puede presionar, incluso cuando hay señalamientos contra empresas influyentes en Ciudad Victoria.

Por Julio Manuel Loya Guzmán.
Cd. Victoria, Tamaulipas.— En Tamaulipas, las denuncias públicas de hostigamiento y abuso sexual quedan archivadas de facto si no son llevadas ante el Ministerio Público, una situación que deja a las víctimas sin respaldo institucional y que el propio Congreso del Estado reconoce como una limitante para actuar.

La diputada local Eva Reyes González confirmó que el Poder Legislativo no inicia investigaciones, no emite medidas cautelares ni ejerce presión política cuando los casos no han sido formalmente denunciados, aun cuando existan señalamientos directos contra empresas con poder económico y político en la capital del estado.

“Si no hay denuncias reales y formales, no podemos hacer nada; todo se queda en una narrativa”, sostuvo la legisladora, al admitir que el Congreso se encuentra atado de manos frente a casos que no ingresan al sistema de justicia.

La declaración expone un vacío institucional que, en los hechos, favorece la impunidad, especialmente en el ámbito laboral, donde las víctimas enfrentan amenazas veladas, miedo a perder el empleo y posibles represalias si deciden denunciar.

Durante la entrevista, Reyes González reconoció que ha tenido conocimiento directo de al menos dos casos de presunto acoso sexual en empresas de alta influencia económica en Ciudad Victoria; sin embargo, confirmó que ninguno ha derivado en acciones legales debido a que las víctimas no formalizaron la denuncia.

Pese a haber brindado orientación jurídica y acompañamiento inicial a una de las afectadas, la legisladora aceptó que el proceso se detuvo ante la negativa de la víctima a judicializar el caso, decisión motivada —según admitió— por el temor a ser exhibida, estigmatizada o despedida.

“No es que no se quiera tocar a nadie, pero sin denuncia no se puede actuar. No podemos obligar a una víctima a proceder si no está lista”, argumentó.

Aunque defendió la existencia de marcos legales como la Ley Olimpia y reformas laborales que tipifican y sancionan el acoso sexual, la diputada reconoció implícitamente que dichas herramientas sólo operan cuando las víctimas logran superar las barreras del miedo y la vulnerabilidad.

En tanto, los exhortos del Congreso para que las fiscalías actúen con perspectiva de género y eviten la revictimización resultan insuficientes frente a la ausencia de mecanismos preventivos, de protección laboral o de investigación de oficio.

El resultado, admitió la propia legisladora, es que las mujeres que piden ayuda sin denunciar quedan expuestas y sin protección inmediata del Estado.

“Necesitamos mujeres listas y envalentonadas para denunciar, no obligadas”, concluyó.

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