Bache cuerudo

Eduardo Pacheco
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Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez

Generalmente llamamos bache, al agujero, hoyo u orificio en una calle, avenida, boulevard utilizado como vía de comunicación terrestre, de tránsito vehicular y/o peatonal, cuya aparición es producida por la mala calidad de la carpeta asfáltica y que con el paso del tiempo se hace más grande.

Cuerudo es la significación regional que identifica al hombre vestido con la tradicional ‘Cuera Tamaulipeca’, símbolo de la capital de la entidad al noreste del país.

Entendido entonces que el Bache Cuerudo se refiere a los de la capital de este pujante estado, que por cierto se cuentan no por decenas, sino por miles los baches de avenidas, bulevares y hasta en callejones de las populosas y polvosas colonias.

Los conductores de automotores de cualquier ciudad afectada por los baches, continuamente culpamos a las autoridades municipales de no reparar con la celeridad requerida, esos agujeros en el pavimento, puesto que a los sustos del golpe, se suman los desperfectos a las llantas, a la dirección o suspensión del auto.

El bache poncha llantas podría ser buen título para este espacio y el lector pudiese ubicar las áreas geográficas por donde conduce, porque el fenómeno no solo se genera en la capital de Tamaulipas, sino que se vive en todas las ciudades del estado, sin importar la ubicación geográfica o el lugar que pudieran ocupar por su economía en esta entidad norteña.

La afectación del mismo fenómeno en el país, es para los conductores del transporte público o privado, quienes hemos expresado palabras altisonantes contra los funcionarios, responsables de estos desperfectos urbanos.

Un alto porcentaje de vehículos, de todas las marcas y modelos, nacionales, extranjeros o ‘chocolates’, hemos sido víctimas de los daños que han causado los baches en el país.

Sin embargo, el gasto de millones de pesos en la reparación aparentemente definitiva, se viene a la borda con las primeras lluvias porque los baches reaparecen y hasta dan la idea que se multiplican.

No hay necesidad de ‘correr’ para hacernos de una ponchadura en un neumático, o más grave, una volada de llanta. Se han dado los casos que el hoyo es tan profundo, que la llanta se ‘vuela’.

Los empresarios de la construcción de calles y avenidas, parecieran atados de pies y  manos al no encontrar la fórmula ideal que abata el problema de bacheo y todo indica que ni las escuelas de la educación superior como tecnológicos o universidades han realizado investigaciones que solucionen el problema.

Me parece que el mundo de la ciencia aplicada, debiera tomas acciones que tiendan a la pronta solución de este fenómeno que lastima la economía del mexicano y de la industria, porque los baches afectan a todos.

Vecinos molestos por los daños causados por los baches de la ciudad, se han dado a la tarea de sembrar alguna planta en el ‘cráter’, aunque la verdad es que no hay autoridad que aguante esa afrenta.

Otros se han dado a la tarea de pintar el perímetro del agujero, señalando los límites, para evitar caer en ellos.

Lo malo es que con apenas unas lluvias ligeras y más con los aguaceros, los baches empiezan a resurgir y como consecuencia, los golpes a las llantas, suspensión o dirección, junto a las ‘mentadas’ se vuelve ‘el pan nuestro de cada día’.

La reflexión sobre la congruencia entre la educación y su utilidad social, también puede aplicarse en este contexto, pues los tres niveles de gobierno podrían ahorrarse carretadas de dinero si una universidad accediera a investigar sobre el tema y proponer soluciones.

Los que saben del tema aseguran que el pavimento de asfalto ha sido superado por el pavimento hidráulico, aunque los que gobiernan alegan altísimos costos y se infiere que prefieren seguir gastando ‘poquito’.

La cuestión que se me ocurre ¿es la única opción el pavimento hidráulico?

Casi siempre los gobiernos municipales se quejan de que las arcas están vacías, “el que se fue, dejó sin dinero para obra, para invertir…” Yo sumaría: ‘apenas el de la nómina, el de los salarios’.

Generalmente los funcionarios que arriban a una nueva administración hablan de mucha deuda, del poco dinero que encontraron en la Tesorería Municipal, que es nada contra los altos montos de deuda y de las necesidades.

En la capital de Tamaulipas, en el primer mes de gestión municipal, se veía una que otra cuadrilla de trabajadores pavimentando, a menos de 100 días de haber tomado posesión del cargo, la ausencia de esos trabajadores es muy notoria, aunque se pudieran contar los kilómetros de ‘baches cuerudos’

En las redes sociales, durante el fin de semana, se habló de hacer un llamado popular para impulsar la destitución del Alcalde y hasta se convocó a una reunión de ciudadanos molestos para expresar su malestar.

¿Seguiremos cayendo en los baches de la ciudad?

No lo dude, porque la solución no se ve cerca y menos cuando entramos a las campañas electorales donde las promesas se repiten en voz de los aspirantes a una curul en la Cámara de Diputados.

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