Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno
Félix Fernando García Aguilar y Alfonso Salas, se disputan el derecho a ser candidatos del PAN a la diputación local, por el distrito 3, el más complicado, por su extensión territorial.
En una semana, a más tardar, el PAN decidirá con cuál de los dos candidatos se la juega, salvo que decida sacar un tercer as debajo de la manga.
García Aguilar es Director del Fideicomiso del Parque Industrial Progreso. Es hijo del ex magistrado Félix Fernando García Ortegón, El Moyo, que también fue juez de lo penal durante muchos años.
Su esposa es Blanca Isela Pérez Ramírez quien el año pasado estuvo varios meses como síndico primera, sustituyendo a Dorina Lozano Coronado, cuando esta pidió licencia para buscar su reelección. Dentro del PAN hay quienes opinan que hizo un buen papel y que bien podría ser ella la candidata por el Distrito 3.
Tanto Félix Fernando como su esposa tuvieron su dosis de fama, cuando hace un par de años buscaron competir en La Voz México.
Alfonso Salas actualmente es Rector de la Universidad Tecnológica, a donde entró hace algunos años en calidad de maestro y en el patronato que promueve becas para alumnos de bajos recursos.
Cualquiera de los dos le daría frescura al PAN por ser caras nuevas, en el aspecto electoral.
Mientras tanto, el fin de semana Morena decidió cambiar la fecha del registro de aspirantes a candidatos del 11 al 18 de febrero.
No se cambio la fecha para dar oportunidad a que algunos aspirantes de Nuevo Laredo puedan reunir la papelería que se les requiere para su registro, pues no se trata de una convocatoria por municipios, sino a nivel general.
En realidad da igual que los destapes sean hoy o dentro de un mes, para el caso es lo mismo, puesto que las campañas arrancan el 15 de abril. Los registros son del 27 al 31 de marzo.
Por nuestra parte seguimos insistiendo en que la elección de este año no será una batalla de candidatos, sino de estructuras. Esa gastada frase de los partidos en el sentido de que “tenemos a los mejores candidatos”, esta hueca. Ya no se postula a los mejores, sino a los más populares, a los que despiertan simpatía, respaldados en las estructiuras.
Si en estos momentos la clase política se pregunta quiénes serán los candidatos de tal o cual partido, una vez iniciado el proceso electoral, los nombres pasaran a un segundo término y lo importante será lo bien posicionado que estén los partidos y la capacidad para mover a sus militantes y simpatizantes.
El año pasado vimos como Salvador Rosas ganó la diputación federal, a pesar de haber sido mal candidato. Gano gracias a la estructura panista que se lanzó a la contienda con todo, encabezada por Enrique Rivas Cuéllar que derroto una alianza de facto entre cinco ex alcaldes. Rivas arrastró en el triunfo a Rosas. De haber ido solo este último, es probable que hubiese perdido, como perdió en el 2010, cuando no tuvo en quien respaldarse.
Las estructuras territoriales de los partidos han sido fundamentales en los últimos procesos electorales.