A falta de pan, circo

Eduardo Pacheco
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Por Raúl Hernández Moreno

Cuando uno va de visita a las Cabañas de Monterreal, en Coahuila, minutos antes de llegar, está el pueblo de San Antonio de las Alazanas, que tiene alrededor dos mil habitantes, y forma parte del Municipio de Arteaga.

Si se va con guía, es inevitable que platique que de ese pequeño pueblo es nativa Rosario Robles, que es la figura más notoria y que eso confirma que lo que uno se propone, se puede lograr.

Robles ganó notoriedad cuando entró como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, sustituyendo a Cuauhtémoc Cárdenas que dejo la posición para irse de candidato a la presidencia de la república.

Fue la primera mujer en ocupar esa posición, en la que estuvo 14 meses, desde fines de septiembre de 1999 a principios de diciembre de 2000.

De 2001 a 2003 fue presidenta nacional del PRD.

En marzo de 2004, estalló un escándalo nacional cuando se exhibió un video en el que aparece René Bejarano, entonces muy cercano a Andrés Manuel López Obrador, recibiendo fajos de dinero de manos del empresario argentino Carlos Ahumada.

El dinero lo habría entregado para ser destinado al PRD. Se supo después que Rosario Robles intimaba con Ahumada. El empresario, como muchos otros, uso su dinero para obtener contratos de obras y servicios. Regalo dinero a muchos políticos, en especial de izquierda, porque tenían el control de la Ciudad de México.

Doña Rosario fue víctima de amor, ante Ahumada que la abrumo de atenciones y regalos. Los perredistas, incluyendo López Obrador, no se lo perdonaron y ella terminó dejando al PRD.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto primero fue titular de la Secretaría de Desarrollo Social y luego de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Alguna vez, en el 2014, vino a Nuevo Laredo, en su calidad de titular de la Sedesol y entrego apoyos sociales a los más pobres.

En el sexenio pasado, la Auditoria Superior de la Federación puso al descubierto un presunto mega fraude en la Secretaría de Desarrollo Social, mediante el cual durante el 2015 se habrían desviaron por lo menos 1,787 millones de pesos que debieron destinarse a programas sociales, pero se simuló entregarlo a universidades, pero en realidad terminaron en cuentas privadas.

Ahora que la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda le acaba de congelar las cuentas bancarias a Doña Rosario, no sabemos si los guías de turismo que van a las Cabañas de Monterreal al pasar por San Antonio de las Alazanas omitan mencionar que la señora Robles es nativa de ahí.

Ciertamente una cosa es que la señalen de haber desviado recursos y otra que sea verdad. Pero vivimos en un país donde las decisiones se toman a mano alzada y si se le pregunta al público si creen que doña Rosario es inocente o culpable, ya sabemos lo que van a decidir.

Al pueblo le gusta ver sangre y a falta de pan, circo.

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