Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez
En México y el extranjero profesionistas de la sociología, la psicología, la política y ciencias afines, están haciendo declaraciones sobre los últimos 10 meses en el país, sobre todo en áreas de la economía y de seguridad pública en el país.
En todos los casos aparece una constante sobre los seguidores -no partidistas- que aplauden la política del actual titular del Ejecutivo Federal, el tabasqueño, Manuel López Obrador. Sin embargo este grupo es minoría contra la gran molestia de los nacionales que reprueban las medidas en los rubros que se señalan.
El escándalo más reciente es el que originó la emboscada en “El Aguaje”, donde 42 policías de Michoacán, a escasos 30 minutos de haber salido de su cuartel en Apatzingán, para ejecutar una orden judicial en Aguililla, fueron abatidos por el crimen organizado.
Hay indicios de que quienes atacaron a la fuerza pública que viajaba en 5 patrullas, fueron integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), presuntamente dirigidos por lugarteniente del cártel, Miguel “F”, alias “El M2”.
Las autoridades michoacanas hacen la afirmación, por los mensajes en cartulinas que dejaron sobre los parabrisas de las patrullas y en algunas grabaciones donde se escucha la voz del M2 ordenando a sus sicarios -incluyendo a una mujer apodada “La Catrina”- atacar a los policías.
Es de aclarar que cuando se habla de los audios, es por las grabaciones policiales que se difundieron y donde se señalan los informes de lo que se encontraron quienes fueron como apoyo, pero también se oye la instrucción de un delincuente sobre la leyenda de los narco-mensajes.
Por si fuera poco, en la tarde del lunes 14, las desacertadas declaraciones a la prensa de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, cuando dijo “Yo creo que esto fue una circunstancia que se da como se dan todos los eventos en el país, todos los días, a todas horas, en todos los lugares del país”.
Es decir la senadora con licencia, abogada de profesión y Ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, reconoce que este tipo se situaciones “… se dan todos los días, a todas horas, en todos los lugares del país” Y la pregunta obligada es: ¿Y luego que esperan?
Seguro que el presidente López Obrador no tiene datos para encontrar los domicilios de las mamás y abuelitas de los delincuentes para darles la queja de la masacre que hicieron sus hijos y nietos.
Trascendió que en La Mañanera del martes 15, Sánchez Cordero aclaró el malentendido de su declaración anterior y afirma, pese a las grabaciones periodísticas, “Yo no dije normalizar, dije que esto sucede en muchos lugares del país y en muchos días, prácticamente estamos viendo Sonora, estamos viendo lo que pasa en Veracruz, lo que pasó en Laredo, en fin. Yo no quise decir que no lo lamentaba enormemente (…) por supuesto que lo lamento. Simplemente se sacó de contexto”.
Por fortuna la emboscada de El Aguaje, Mich., señaló que de 42, acribillaron a 13 uniformados, unos 20 heridos y el resto con alta psicosis a los balazos de metralletas, seguro ‘curados de espanto’ para continuar en la misma chamba.
Una realidad innegable es que la actual administración presidencial en México está rebasada, en muchos temas, pero más en las estrategias para enfrentar a la delincuencia organizada, Si acaso hubiera alguna, de plano soy de los que afirman que esta está reprobada, que no ha dado ni siquiera frutos.
El discurso presidencial dice que ‘El tema de la inseguridad es la principal preocupación y ocupación del Ejecutivo Federal’ pero la retórica contradice a la realidad en la mayor parte del país, incluyendo la misma capital mexicana.
Finalmente pese a las críticas a los gobiernos del michoacano Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y el de Atlacomulco, Enrique Peña Nieto (2012-2018) por el número de muertos, en menos de un año, estadísticamente están rebasados por los números atribuidos a Andrés López.