Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno
Este domingo está programada, en todo el país, la marcha para protestar contra los femenicidios y la violencia en general de que son víctimas las mujeres, violencia que da en todos los países, la diferencia es en que muchos se investiga, persigue, detiene y se castiga a los delincuentes, en tanto que en México persiste la impunidad.
La violencia contra la mujer no nació con la 4T, existía desde hace mucho tiempo, incluyendo en la Ciudad de México que es gobernada por la izquierda desde hace 23 años.
Lo que no se vale es la impunidad y la 4T la permite y la pasa, por incompetencia y porque el Ayatola de Palacio Nacional la combate con discursos moralistas que nadie atiende.
El domingo se esperan protestas de mujeres en todo el país y al día siguiente está programado que millones de ellas no vayan a trabajar, como parte de su protesta y su grito exigiendo justicia al gobierno, en sus tres niveles. Con el paro se busca demostrar la importancia de las mujeres en la sociedad, lo importante que son en casa, pero también en la vida nacional.
El Ayatola y la 4T han reaccionado de la manera más vil frente al tema. El Ayatola pudo tomar la bandera de este movimiento y enarbolarla, porque la protesta no era contra él. En vez de eso, fue vil.
Y sus seguidores se sumaron a las descalificaciones del movimiento.
El diputado federal Gerardo Fernández Noroña escribió en una red social: “Me informan que en Tamaulipas, el gobierno del Estado está promoviendo a todo lo que da el paro nacional del 9 de marzo”, a lo que el diputado Salvador Rosas le contestó: “En Tamaulipas valoramos y reconocemos a las mujeres, por tal motivo cuentan con todo nuestro apoyo”. ¡Bófanos!
Hubo una tipeja que dijo que las mujeres hacían mucho escándalo ante los homicidios. Habría que ver qué diría si la víctima fuese su mamá, una hija o ella misma.
El enojo de las mujeres, al que se suman millones de hombres porque todos tenemos una mujer a nuestro lado, desde la madre, la hermana, la esposa, la hija, la tía, la nieta, la amiga, la compañera de trabajo, la vecina, la señora del aseo, esa empleada que nos atiende como si fuésemos un Carlos Slim cualquiera. No es un tema de ideologías como lo pretende presentar la 4T y su Ayatola, es un asunto de justicia. Las mujeres, como cualquier otro ciudadano, tienen derecho a una vida tranquila, donde no se les moleste por su físico, su vestimenta, su trabajo, su preparación académica, su comportamiento. Por nada. No se vale que las agredan verbal y físicamente y que encima las autoridades no hagan nada al respecto. Ya es hora de legislar para fincarle responsabilidad jurídica a policías, ministerios públicos y jueces que no hacen nada frente a las denuncias que presentan mujeres que son violentadas una y otra vez, hasta que la violencia les cobra la vida.
No basta con aumentar las penas y condenar a los culpables de la violencia contra la mujer a 100 años, si al paso de dos a tres años, se les deja libre.
Se requiere más efectividad y menos verborrea. Y eso es lo que quiere el movimiento: el fin de la impunidad de los delincuentes.