Por Pegaso​

Luego de evadir la “cola de tornado” que pasó por Reynosa el día de ayer, me instalé en mi búnker para conocer las noticias más chidas, morrocodutas y chimengüenchonas de la jornada.​

Veía yo, por ejemplo, cómo se preparan en la capirucha para celebrar las chorrocientas mil presentaciones de la obra teatral feminista conocida como “Los Monólogos de la Vagina”, de Eva Ensler, una puesta en escena que ha abierto los ojos a miles de mujeres alrededor del mundo sobre su sexualidad, las relaciones amorosas y la violencia de género, entre otros temas.​

En la descripción que se hace de la obra se señala que la autora la escribió después de entrevistar a más de 200 mujeres de todos colores, sabores, tamaños y preferencias sexuales,en 1996, con el objetivo de celebrar a la vagina y a su socio el clítoris, al cual describió como “superior al pene” porque es el único órgano humano que no tiene más propósito que dar placer.​

Los Monólogos… es una de las presentaciones teatrales más influyentes de la historia, porque representa una especie de terapia, de catarsis para millones y millones de féminas que de alguna manera se sentían reprimidas con respecto a su propia sexualidad.​

Yo no lo sabía, pero se trata de una serie de monólogos, interpretados por varias mujeres que hablan sin rubor sobre algunos de los tópicos que antes eran considerados tabús, como la violación, la homosexualidad, la violencia intrafamiliar, etcétera.​

Si alguna de mis lectoras ya la vio, sabe de qué estoy hablando.​

Los subtítulos de algunos de los monólogos son:​

-Yo tenía doce años, Mi vagina enojada, Mi vagina en mi pueblo, La mujer que amaba hacer vaginas felices y Reivindicación del coño.​

Ví el video de éste último. Trata sobre la multitud de nombres que recibe la vagina, tales como el osito, el chango, la pepa, la pucha, la paloma, la papaya, el peluche, la panocha, el sope, la funda, la canoa, virginia, la paparrucha, el memerezco, el bizcochito, el hoyo, la dona, la torta ahogada, el payaso, la almeja, la cuevita, el hoyito, el queso con pelos y los que falten. (Nota de la Redacción: Los nombres fueron tomados literalmente del video).​

Esperen a conocer los mil y un nombres con los que se conoce al pene…​

Dicen que un día se presentó Sofía Vergara a la presentación de los Monólogos de la Vagina y no la dejaron entrar, no se sabe por qué.​

Lo cierto es que desde la mal llamada liberación femenina, las mujeres empezaron a hablar más abiertamente de su sexualidad, y ahora ya no es extraño escuchar incluso en programas de televisión abierta alusiones directas y sin tapujos de los órganos de reproducción femeninos y masculinos, con sus nombres cultos y vulgares.​

Dicho de otra forma, ha dejado de ser tabú.​

Por lo pronto, nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que dice: “Posee mayor tracción una hebra capitar de fémina equiparado con la fuerza conjugada de un par de acémilas”. (Jala más un pelo de mujer que una yunta de mulas).