Alejandro Rojas despareció de Tamaulipas

Eduardo Pacheco
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Por Raúl Hernández Moreno

— Cabeza de Vaca agradece que ya no lo ataque
— A Agustín Chapa no lo encuentran los del PAN

Desde que inició el sexenio de Américo Villarreal, ya no se supo nada de Alejandro Rojas Díaz Durán, suplente del senador Ricardo Monreal Ávila.

Personaje controvertido. Rojas le puso sabor a la grilla  tamaulipeca, durante los últimos años.

Fue gracias a él que la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República, le abrieron una carpeta de investigación al pillo del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, que llevó a su desafuero, pero la bancada del PÄN lo protegió e impidió que lo procesaran.

En pleno proceso electoral, Rojas al emprendió en contra de Américo y fue de los pocos morernistas convencidos de que  Américo iba a perder. Lo que no sabemos es si estaba convencido por propia voluntad o influido por  carretadas de dinero que le pudo  haber enviado  Cabeza de Vaca, porque los comentarios que  hacían llevaban la intención de descarrilar el proyecto del hoy  gobernador.

Rojas llegó a sugerir, casi a exigir, que Morena cambiara de candidato, porque según él las encuestas  lo daban por perdido, lo que también decían las encuestas del PAN, que en realidad estaban  basadas en encuestadoras  fantasmas.

La cercanía entre Rojas y Cabeza se veía muy obvia que tuvieron  que enviar señales para despistar a los del partido  guinda.

Cabeza de Vaca alguna vez le envió sus esbirros policíacos  a  Reynosa, aparentemente para detenerlo, pero no se  atrevieron a tocarlo y todo sonó más bien a un plan para hacer creer que estaban distanciados.

Rojas se equivocó con Américo, pero muy  gacho,  y desde entonces, parece ser que le dio un poco de vergüenza y desapareció de Tamaulipas.

Con su actitud, Rojas terminó dañando la imagen de Ricardo Monreal, pues todo mundo está convencido de que no actúa por voluntad propia y que los escándalos que provoca lo mismo en Tamaulipas, que  en Puebla o Nuevo León,  no son más que acciones con las que  busca  generar polémica que  terminen en una negociación política que favorezca al líder del Senado.

Seguramente en el Gobierno del Estado están satisfechos con que Alejandro Rojas haya dejado de escandalizar en  Tamaulipas y el propio Cabeza de Vaca debe estar igual de agradecido, porque si siendo gobernador, Rojas  lo cimbró, lo machacó, lo atarantó,  ya sin  poder y sin acceso al presupuesto estatal que lo proteja,  ahora sí, lo  haría papilla.

Pero para Rojas dedicarle atención a Cabeza ya  no es redituable políticamente. Sería tanto como perder el tiempo.

Y así como hoy Rojas –afortunadamente- está desaparecido, lo mismo ocurre a nivel local con el dirigente local del PAN, Agustín Chapa Torres  al que los militantes y simpatizantes de ese partido no le han visto ni el polvo desde que asumió el cargo.

Se equivocó el ex alcalde Enrique Rivas al proponerlo.

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