
La lista del poder, la traición a la justicia y la indignación de un país despierto.
Por Luis Enrique Arreola Vidal.
Antes de que se abran las casillas.
Antes de que se repartan boletas.
Antes de que siquiera puedas ejercer tu derecho a votar, la elección judicial de 2025 ya tiene ganadores.
Están impresos. Están repartidos. Están en los acordeones distribuidos por todo México. Una lista negra disfrazada de legitimidad.
Un burdo manual del fraude con nombres previamente escogidos por el régimen, no por el
pueblo.

¿Y tú, que creíste en el proceso?
A ti, ciudadana, ciudadano de buena fe que estudiaste, te postulaste, cumpliste con cada requisito con el corazón lleno de esperanza… te usaron.
Usaron tu vocación para maquillar una elección manipulada.
Usaron tu aspiración para legitimar un golpe al Poder Judicial.
Usaron tu dignidad como escenografía de una farsa.
Hoy, un día antes, ya sabes que no fuiste evaluado, sino descartado. No por falta de méritos, sino por falta de lealtades partidistas.
La boleta del 1 de junio: un teatro muerto
¿De qué sirve votar si los resultados ya están definidos?
¿De qué sirve acudir a las urnas si los jueces ya fueron elegidos por el partido?
No es una elección. Es una imposición.
Los acordeones lo prueban: las plazas están repartidas. La justicia ha sido secuestrada. Y el pueblo mexicano solo tiene una forma de decir “¡basta!”: no participando en esta burla.
Que la abstención sea una digna rebelión
Nos dijeron que esta elección democratiza la justicia.
Mentira. La prostituye.
Nos dijeron que votar es cumplir con México.
Mentira. Hoy, votar es entregarlo.
La abstención consciente no es apatía: es resistencia.
Es el lenguaje de quienes no estamos dispuestos a legitimar el crimen con una boleta. Es el grito de un país traicionado, pero no vencido.
¿Qué sigue?
Que cada nombre impreso en los acordeones sirva de evidencia para exigir la nulidad de esta elección ante organismos nacionales e internacionales.
Que cada persona excluida alce la voz.
Que cada ciudadano que no vote lo haga con la frente en alto y el corazón firme.
Este 1 de junio, no votes. No participes en la mentira. No te dejes usar.