Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez

Con el título de Destapan Corrupción: Encuentran 100 mil maestros ‘fantasma’ en nómina de la SEP, varios periódicos impresos y digitales publicaron, como regalo del pasado Día del Maestro, esta nota atribuida a Marco Fernández, un investigador que coordinó una investigación identificada como ‘La Impunidad en la Nómina Magisterial’ donde ‘descubren’ que existen por lo menos 100 mil maestros que reciben salarios pero no asisten a las aulas.

La prensa nacional redactó la nota con cierta tendencia a ¿exhibir? la corrupción en la nómina magisterial de la anterior administración federal, pues publican que “…entre 2015 y a finales de 2018 hubo un pago de mil 66 millones de pesos a más de 9 mil comisionados sindicales entre los que destacan Aguascalientes, Chihuahua y Coahuila.”

La 4T en mayo dice que encontró que “…en los gobiernos estatales recaen el 30% de la nómina magisterial donde se cometieron varias irregularidades y como ejemplo señalaron “…Aguascalientes, Colima, Durango, Tlaxcala e Hidalgo, solo entre el primer trimestre de 2016 y el primer trimestre de 2017, mil 833 personas fueron transferidas de categoría.”

Las notas periodísticas son mucho más extensas y la imagen de corrupción se lee desde las primeras líneas aunque, como podrá apreciar el lector, al final del segundo párrafo señalan que los maestros son comisionados sindicales.

Afirmo desde este espacio que usted jamás ha leído o escuchado en ningún lado, que haya empleados con una plaza, de médico por ejemplo, desarrollando actividades administrativas o de oficina. Tenga la seguridad que existen… y muchos.

Lo mismo sucede en la Secretaría de Educación. Hay maestros que aceptan dejar el gis para venirse a la ciudad a sentarse detrás de un escritorio, un módulo de orientación, quejas o recepción, o en la atención al público, cualquier lugar, pero estar en una ciudad.

También en las oficinas de la secretaría o sus filiales en los estados, hay trabajadores de distinta formación académica  -o sin ella- con plaza docente, aunque desempeñando tareas ajenas a su nombramiento oficial.

En el mundo de la educación del país y del estado (léase SEP y SET), me atrevería a inferir, que en toda la burocracia existen tareas específicas para cada plaza definitiva o eventual, pero que no todas se desempeñan en el área para las que fueron creadas.

En escuelas de preescolar, primarias o secundarias existen jefes, desde directores, supervisores, auxiliares Técnicos Pedagógicos (ATP), subdirectores, Jefes de Enseñanza, etc., que tienen nombramiento de profesores de grupo. Aunque la realidad es que realizan labores alejadas completamente del aula.

Los comisionados, desde el punto de vista de las autoridades educativas, siempre les ubican en el sindicato y no dudo haya. Créame que no, ahora menos que antes, pero existen. Sin embargo la SEP jamás ha reconocido que en la nómina de las oficinas -se llamen como se llamen: secretaria, subsecretaria, dirección, departamento, coordinación, supervisión, etc.- haya maestros comisionados.

La realidad es que muchos maestros han causado baja por jubilación o defunción, y jamás estuvieron como docentes en una escuela y menos frente a un grupo de alumnos, aunque ahora pudieran gozar de una pensión… los vivos.

Las investigadores formales, los que buscan realidades en el sistema, jamás encontrarán la información estadística sobre el número real de plazas docentes y a qué nivel educativo pertenece, menos identificará la ubicación laboral.

El tema está tan lastimado que hay quien gana como director con nombramiento, pero trabaja como docente frente a grupo.

Se sabe que hay trabajadores con claves que corresponden a una ciudad (Reynosa por ejemplo) y están laborando, incluso como docentes en una escuela del municipio de Jaumave. O a la inversa.

Es el mismo fenómeno que se presenta en cuestiones de matrícula nacional o estatal, por grado, niveles, maestros, aulas, edificios, escuelas, etc. Los números no cuadran.

100 mil maestros comisionados sindicales… ¿y en SEP y SET?