¿Burla social?

Eduardo Pacheco
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Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez

Soy de la opinión que las graduaciones escolares son una estrategia comercial con la idea de obtener mayor provecho en los productos que ofertan, desde flores, anillos, ropa, calzado, etc. Público meta: los incautos papás.

Las leyes mexicanas reconocen tres grados académicos y por ello la graduación, es decir, el estudiante alcanza el grado: La licenciatura, generalmente entre 4 y 5 años de estudios posteriores al bachillerato. Excepción hecha de la licenciatura en medicina que se extiende dos años más.

El grado de Maestría, generalmente dos años más, es posterior a la licenciatura; y el de Doctor, son dos años más.

Las ceremonias de graduación institucionales, generalmente se llevan a cabo al concluir los estudios, aunque legalmente el grado se alcanza como consecuencia de la aprobación del Examen Profesional.

Es una feria de “graduaciones” al finalizar un ciclo escolar, porque desde el Jardín de niños, la primaria, la secundaria y los bachilleres de las escuelas, celebran su “ceremonia de graduación”, por lo que los comerciantes han diseñado hasta los anillos de cada uno de los niveles educativos que se citan.

El tema viene a esta mesa, porque adicional al tema legal que se cita, reconozco una figura de algunas universidades del mundo, cuando otorgan el Doctorado Honoris Causa, porque así lo determina su marco legal, llámese estatuto, reglamento, etc.

El Doctor Honoris Causa, se entiende como un título que otorga una institución de educación superior, asociaciones profesionales, academias o colegios a personajes que han destacado en algún contexto profesional o social, de beneficio a la humanidad.

El título insisto es significativo “por causa de honor”. Es decir, es una cualidad al cumplimiento de sus deberes, ya a sus semejantes, a la ciencia, a las artes, al deporte, etc., siempre con buena reputación, sigue a la virtud, al mérito o a las acciones de servicio, que trascienden a la comunidad.

Lamentablemente la mala y sucia política, no solo en México, también entra en este tema, puesto que algunas universidades públicas y privadas, amén de asociaciones, colegios o instituciones, han desvirtuado esta noble intención del doctorado honoris causa.

¿Se imagina usted a Laura Bozzo, la peruana casi setentona, que la gente de la televisión identifica como “Señorita Laura” ataviada con toga y birrete universitario y recibiendo el doctorado honoris causa?

Pues es un hecho que en días pasado el Claustro Académico Universitario y el Centro Universitario Inglés, en el Salón Benito Juárez de la Cámara de Diputados de la CDMX, entregaron ese estímulo a la conductora de tele shows y abogada, Laura Cecilia Bozzo Rotondo.

Desde luego que el Congreso de la Ciudad de México se deslindó del evento donde también recibieron el mismo estímulo los diputados Nazario Norberto Sánchez y Eduardo Santillán, de MORENA.

El Legislativo de la CDMX se deslindó de la organización de la ceremonia realizada, donde instituciones privadas y ajenas al órgano legislativo otorgaron reconocimientos y medallas a diversas personas.

La conclusión a la que se puede llegar es sobre el mal, pésimo aprovechamiento de los edificios públicos que cuestan a los contribuyentes, pero sobre todo, el otorgamiento de esos reconocimientos, es simplemente que estamos mal.

¿Cuáles serán las causas de honor que reconocieron en Laura Bozzo? ¿Los escándalos que arma en su Show… o tal vez su vida personal que ha hecho pública… o los de su hija?

Mi no entender dijo el gringo.

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