CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Carta a mi Diputad@…
En realidad no me importa el color de tu camisa partidista, ni tu presunta ideología, quizá tampoco comparta la forma como te has encumbrado en la política, pero, como dice la Nana Goya, esa ya es otra historia.
Lo de hoy es pensar en el futuro, en tu tarea como representante de los ciudadanos lo cual, para alegría o desgracia tuya, si me interesa y creo que le interesará a millones de tamaulipecos, pero más a tu familia, a los que tienes cerca, a los que tienen la esperanza de que aportarás un granito de arena para que este lindo Estado progrese.
Muy difícil tu tarea, bastante complicada si no te has formado con valores, si no puedes pensar en tu familia antes que en el dinero y el poder.
A partir de septiembre encontrarás muchos obstáculos en tu camino, conocerás como los poderes, formales y fácticos, orientan el voto de algunos legisladores para ciertas leyes con las que no comulgan o las desean impulsar, sabrás que muchos votos los motivan con autos o viajes, dinero y ofreciendo negocios que te quitarán, si careces de escrúpulos, de problemas económicos por mucho tiempo.
Por supuesto, tu partido te ofrecerá, a cambio de tus votos, que un familiar, amigo, novia o novio obtengan un puesto de trabajo de esos envidiables y muchas otras cosas parecidas, tú sabrás mejor que yo lo que conviene.
Querido Diputad@, ciertamente eso te hará feliz pero, porque existe un pero, te recuerdo que todo tiene un costo en esta vida, quizá puedas llegar a ser rico, sentirte poderoso e intocable por dos años, o tal vez cinco o más si se cumple el sueño de ocupar puestos más importantes en tú vida política como ser gobernador, alcalde o reelegirte, en el peor de los casos, pero recuerda que por cada peso destinado a los pobres que te robes o desvíes para tus amigos, compadres amantes o novios, te estará apuntando un arma empuñada por alguno de tantos que viven en la miseria o de sus hijos que no tienen otra opción más que delinquir para comprarle medicinas a sus padres, a un hijo o para llevarles de comer ese día.
Ten en mente, piensa si no es mucho pedir, que por cada cada peso que no llega a su destino aparecerán cincuenta o cien futuros sicarios que estarán listos para secuestrar a un familiar, tuyo o de cualquiera de tus amigos ricos, o para extorsionarles, matarlos porque así se los ordena el influjo de la maléfica, o cosas más horrendas, no es un deseo, te lo digo de corazón que no es un deseo, es una realidad que sucede en las calles y te la estoy recordando aunque sé que la conoces.
Si, ya se Diputado electo, estás pensando que con todo ese dinero que vas a obtener bien te puedes ir a vivir a los Estados Unidos o cualquier otra parte del mundo pero, ¿ya pensaste en el resto de tu familia, en la felicidad de tus papás, en cómo los negocios o el poco o mucho patrimonio que ellos construyeron en base a sudor, sangre y lagrimas se derrumba, en los amigos de tus hijos, y hasta en la comida de todos los días?
Mi hoy Diputado, observa Tamaulipas, escúchalo, ponle mucha atención a sus signos vitales, piensa que un pobre, alguien que abandona la escuela, o que no tiene para curar sus heridas o una enfermedad, va a todas, incluyendo la delincuencia, si, la que ahora ha sido capaz de matar a un conocido tuyo, a un familiar cercano o a ciudadanos de bien, a personas que no hicieron otra cosa que intentar ganarse la vida en base a un trabajo honrado.
Sé que es muy difícil cambiarte, complicado intentar modificar tus hábitos de vida, la forma como te has encumbrado, pero también sé que es muy sencillo hacerte entender que eres nuestra última esperanza, la última oportunidad de que este Tamaulipas vaya cambiando de forma pacífica, comprende que lo que hoy te digo, si no haces lo correcto, quizá otras personas se lo digan a tus hijos o a los hijos de tus conocidos con las armas en las manos, en una revolución, con revueltas y saqueos callejeros , asaltándolos y, te lo juro, nadie de nosotros lo quisiera ver.
Está carta va dirigida a todos los Diputados de la próxima legislatura, con la invitación para que recuerden la pobreza que vieron durante sus recorridos de campaña, la inseguridad, también reflexionen y cumplan lo que prometieron y, desde luego, para que vean a su familia, y por su familia, en cada uno de sus próximos actos, Tamaulipas merece vivir en paz, creciendo, desarrollándose, de pie, y siempre en busca de la felicidad, y tú, Diputado, Diputada, nos puedes ayudar.
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