Al Vuelo
Por Pegaso

Andaba yo volando por los tórridos cielos de Reynosa… ¡Ahhhh! Reynosa es un pueblecito con crepúsculos arrebolados, con hermosas playas, altas montañas y selvas vírgenes que… (Nota de la Redacción: Tuvimos que cortar el resto de la narración porque el autor continúa en su descripción de las características más importantes del Reynosa).

Veía yo en las redes sociales cómo han evolucionado los retos virales, los cuales, de ser un pasatiempo de adolescentes calenturientos pasaron a ser un instrumento para conseguir cierto propósito o beneficio para grupos vulnerables.

Por ejemplo, el Iced Bucket Challenge, que originalmente fue un desafío entre amigos para ver quién aguantaba que le vaciaran una cubeta con cubos de hielo en la cabeza.

Lo novedoso de este reto es que ahora figuras de la talla de Mark Zuckeberg, Bill Gates, Lionel Messi, Charlie Sheen, Will Smith, Cristiano Ronaldo y otros, se han sumado al desafío. En caso de negarse, tendrán que donar 100 dólares para apoyar a las investigaciones sobre el mal conocido como esclerosis lateral amiotrófica.

Una modalidad de este mismo reto, donde en lugar de hielo se utiliza escombro, tiene como propósito denunciar la masacre que está haciendo Israel en la franja de Gaza.

Y así, sucesivamente. En las redes sociales, luego de la locura de hace apenas uno o dos años, la Humanidad está dándose cuenta de su propia estupidez y ahora pretende redimirse mediante los reinventados retos virales.

Así pues, vemos en un video cómo un negro acepta el Fire Challenge, o sea, prenderse fuego para demostrar a los cuates que sí es muy machín y que es digno de pertenecer al grupo.

El tipo se mete a una bañera con agua, con el torso desnudo, se unta alcohol en los brazos y pecho y toma un encendedor.

En el último momento, apaga la flama y empieza a dar un mensaje donde explica los peligros de realizar este tipo de autocastigos y pide a los chavos que no sigan adelante con esa locura.

Los niños son los más propensos a seguir esta fatal moda, porque aún no tienen conciencia del peligro y buscan a cualquier precio sobresalir, ser aceptados en su grupo o demostrar su incipiente hombría.

Algunos de los desafíos que han cobrado más víctimas son:

1.- La ballena azul: Consiste en retar a otra persona-el juego generalmente es entre niños y adolescentes- a hacerse diversos cortes en la piel, realizar tareas peligrosas y por último, el suicidio, lo cual tienen que grabar para subir a las redes sociales.

2.- Momo. Consiste en superar pruebas, llevando al menor incluso a autolesionarse e impresionar con ello al resto de sus compañeros.

3.- Balconing. Se trata de lanzarse desde una terraza, a varios piso de altura, hasta una piscina llena de agua. Algunos no lo lograron y quedaron estampados en el duro suelo.

4.- Tide Pot Challenge. Se trata de comer pedazos de detergente como si fueran dulces.

5.- The Sell Challenge. Consiste en comerse cualquier alimento, pero sin quitarle la envoltura.

6.- Juego de la asfixia. Mientras se graba en video, el practicante se induce el desmayo por medio del ahorcamiento o cualquier técnica que le impida la llegada de oxígeno al cerebro. Dicen que se obtiene una sensación placentera.

7.- Train surfing. Se trata de subirse a un vagón de tren y permanecer de pie mientras éste avanza. Una variación es sujetarse de la parte de abajo, junto a las ruedas de hierro y quedarse un rato colgado, mientras el tren está en movimiento.

8.- Vodka en el ojo. Se dice que el alcohol llega más rápido al cerebro mediante los vasos sanguíneos de los ojos. Esta teoría es, además de absurda, peligrosa, porque el que practica este bonito reto puede quedar ciego de por vida.

9.- Hot water challenge. Este divertido juego consiste en llegar con una cubeta de agua hirviendo y echarla sobre la cabeza de un amigo desprevenido. El cuate queda revolcándose en el suelo, pero el que cumplió el reto tendrá miles de likes en su muro de Facebook.

10.- El abecedario del diablo. Un niño reta a otro a soportar que se le rasque con una cuchara, mientras dice una palabra que comience con la A, luego otra con la B y así, sucesivamente, hasta la Z. Cada vez la rascada es más fuerte, hasta provocarse lesiones serias. Algunos chamacos llegan a exhibir sus marcas con orgullo, como si se tratara de heridas conseguidas en una heroica batalla.

No los canso más. Esta es sólo una pequeña prueba de que ha empezado el retroceso evolutivo de la Raza Humana, aunque como dije al principio, hay quienes ya agarraron la onda y empiezan a convertir los demoníacos retos en algo más positivo.

Concluyo la presente colaboración con el infumable refrán estilo Pegaso que dice: “La parte del cuerpo que se compone del cuello, cráneo y cerebro es equivalente a un globo terráqueo”. (Cada cabeza es un mundo).