Sin Filtros; por Brenda Ramos
Francisco García Cabeza de Vaca, el exgobernador de Tamaulipas que ahora vive en Dallas, Texas, está buscando ser candidato a la presidencia de México. Sin embargo, su silencio sobre el reciente atropello de migrantes en Brownsville, Texas, donde siete personas perdieron la vida y otras seis resultaron heridas, es ensordecedor y francamente inaceptable.
Si este trágico evento hubiera ocurrido en Tamaulipas, los hermanos Cabeza de Vaca, ya estarían satanizando a las autoridades y al gobierno actual, magnificándolo y rasgando sus vestiduras para pedir justicia. Pero como sucedió en Estados Unidos, parece que han decidido mantener un perfil bajo y no pronunciarse al respecto. ¿Dónde está su supuesta preocupación por los derechos y la seguridad de los migrantes?
Como ciudadanos y políticos, los García Cabeza de Vaca tienen la obligación moral de exigir al gobierno de los Estados Unidos que se investigue este incidente hasta las últimas consecuencias y que se haga justicia para las víctimas, ¿Por qué no los defienden con pezuñas y dientes como lo hicieron con los americanos que fueron privados de su vida en Matamoros? Además, deberían estar haciendo un llamado para que se tomen medidas más efectivas para proteger a los migrantes en la frontera, teniendo en cuenta que, aunque Francisco tenga nacionalidad americana su ascendencia es latina. O su hermano el Senador Ismael García Cabeza de Vaca, tiene toda la facultad para condenar lo sucedido y exhortar desde su posición en el Senado como perteneciente a la comisión de Relaciones Exteriores de América del Norte para que el terrible suceso no quede impune, así como se desbarata últimamente en tribuna por exigir, señalar y denostar al gobierno actual.
La ferocidad con la que los hermanos Cabeza de Vaca atacan a AMLO y a AVA pero callan ante una tragedia de tal magnitud en un estado donde ahora uno de ellos reside, no solo los dejan como hipócritas, sino también como cobardes, como los perritos chihuahua que solo se atreven a ladrar detrás de la cerca pero si les abren la puerta enmudecen y se esconden atrás de los pies de sus amos, así se ven los CDV con su silencio, además de que demuestran que les falta la empatía, humanismo y solidaridad para pretender seguir en el escenario político y Francisco para buscar la presidencia. Su silencio frente a esta tragedia es una vergüenza y es una muestra más de que no es un perfil apto para liderar una nación.
Por otro lado, como el agua y el aceite se encuentra Américo Villarreal, quien sigue dirigiendo su gobierno al humanismo; a fin de sacar a Tamaulipas del bache en que lo dejó Cabeza de Vaca,Américo impulsa fuertemente 38 proyectos estratégicos para reactivar la economía local y para que la entidad regrese a los primeros planos nacionales.
Entre ellos se le da prioridad a los hidráulicos a fin de garantizar la vida de los ciudadanos, pues el agua es el recurso más indispensable y de igual manera están los de energía eléctrica donde todavía hace falta, a fin de proporcionar un estilo de vida digno.
Así mismo, destacan las energías renovables, construcción, sustitución, ampliación y equipamiento de hospitales; impulso a la producción agropecuaria, construcción y ampliación de puentes internacionales, transporte, vialidad y desarrollo urbano, entre muchos otros, lo cual además de generar bienestar y empleos, será un reflejo de las finanzas sanas pues en anteriores dos sexenios los únicos que salieron beneficiados y con las bolsas llenas fueron sus antiguos gobernantes incluido el señor de los cuernos.
Es decepcionante ver cómo algunos políticos priorizan sus intereses personales y políticos sobre la vida y seguridad de los ciudadanos, especialmente aquellos más vulnerables como los migrantes. El silencio de los hermanos Cabeza de Vaca ante la tragedia en Brownsville es una muestra de su falta de empatía, humanismo y solidaridad. Mientras tanto, Américo Villarreal sigue impulsando proyectos estratégicos para sacar a Tamaulipas del bache en que lo dejó su antecesor, con el objetivo de generar bienestar y empleos, y reflejando lo que se puede lograr cuando no se saquea al Estado y se opta por un gobierno humanista, austero, honesto y con un profundo amor por Tamaulipas.