Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno
En 1938, André Bretón, el padre del surrealismo, visitó México y declaró que era el país más surrealista del mundo. Tiempo después, Salvador Dalí dijo que el país era más surreal que sus pinturas.
Leonora Carrington y Remedios Varo son famosas por sus pinturas surrealistas, en las que lo absurdo es real y lo real es absurdo.
Que el PAN este en el poder desde hace tres administraciones municipales y decida invitar a una priista como su candidata a la presidencia, suena surrealista, absurdo y sin embargo puede ser real. Bretón tenía razón.
El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca no quiere que Nuevo Laredo caiga en manos de Morena, no confía en que los panistas saquen adelante la elección y le apuesta a una mujer que fue regidora, diputada federal, diputada local, candidata a senadora, presidenta estatal del PRI, orgullosamente priista, aunque ahoya hay quienes pretenden que se le aplauda y se le premie por cambiar de partido.
Alguien aplica la lógica de que si en el 2018 el PAN obtuvo 47 mil votos y 31 mil el PRI, la suma es de 78 mil, con lo que se garantiza el triunfo. Pero la lógica no aplica en la política. Y por eso Ramón Garza Barrios obtuvo 71 mil votos en el 2007 y en el 2018 apenas rebasó los 40 mil.
En su carta renuncia al PRI, Yahleel dice que se va del tricolor porque hay que parar a Morena. Es una exageración: Nuevo Laredo no es México, es uno de casi 2500 municipios. Pero además, Nuevo Laredo es un Estado chiquito, con un presupuesto de 3,500 millones de pesos, lo que lo hace fuerte por sí solo. El impacto de las crisis económicas del 2009 y la del 2020, casi ni se sintieron en las arcas públicas.
En lo que si tiene razón, es en que hay que frenar a Morena para que no obtenga mayoría en la Cámara de Diputados, pero más que una alianza de partidos se necesita una alianza de ciudadanos. El poder legislativo puede ser un contrapeso del Ejecutivo. Obviamente, Morena y sus aliados están haciendo su chamba para conservar su mayoría.
Hace medio año, Massive Caller dio a conocer que si los partidos van por su propia cuenta, Morena se llevaría 329 asientos en la Cámara, contra 116 del PAN y 33 del PRI; en un escenario con dos bloques aliados, Morena-PT-Verde se llevarían 302 asiento y el bloque PAN-PRD-MC 166 y 32 el PRI; en un tercer escenario Morena-PT-Verde se llevarían 232 curules y el del PAN-PRI-PRD, 268.
Al irse al PAN, Yahleel dejo huérfano al PRI que aspiraba a ir a una competencia de tres, ahora la competencia será de dos.
A su vez, los panistas no asimilan la imposición de una candidata externa. A muchos les hubiera gustado jugársela con un candidato propio y perder con honor. En los próximos meses se les tendrá que convencer para que la apoyen.
Yahleel no garantiza el triunfo del PAN y más bien complica el panorama, por el momento. No se operó bien su llegada al PAN. Si se hubiera afiliado hace un año, hoy sería otro el panorama. O bien, se pudo hacer una alianza PAN-PRI en Tamaulipas, cediendo el PAN la posición al PRI.
En el 2013, Carlos Canturosas quiso ser candidato del PRI a la presidencia municipal. Buscó primero a Ramiro Ramos y luego a Egidio Torre y el segundo le sugirió afiliarse al PRI y esperar su turno. Se decidió por el PAN y la conjugación de diversos factores lo favoreció y lo hizo ganar de manera aplastante con 84 mil votos.
Si el PRI hubiera cobijado a CCR en el 2013 habría ganado la elección pero eso no paso.
Dos días después de que se deslizó la noticia de que Yahleel sería la candidata del PAN, nadie la oficializado, ni para la alcaldía, ni para la diputación federal, ni las diputaciones locales. Todo es especulación. Hay que seguir esperando, aunque ya lo dijo Bretón: somos un país surrealista, donde todo es posible.