Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno
“Ella hizo del PRI un cementerio. Llenó de cruces el Estado”, sostiene Roberto González Barba, sobre el gris desempeño de Yahleel Abdala Carmona al frente del PRI.
“No ganó una sola diputación de mayoría. Tiene postrado al partido con la más votación más baja en Tamaulipas en los 90 años de existencia”, agrega.
Y es cierto lo que dice. De 678,521 votos que el PRI obtuvo en el 2010, con Yahleel pasó a 87,132 en el 2019. ¡Perdió 591,389 votos!
No solo hundió al PRI, de paso deja el mal antecedente, de que los jóvenes son incompetentes, son gandallas, son convenencieros, son incapaces de exigir resultados.
Pese a los malos resultados que dejo, se negó a renunciar a la dirigencia estatal del PRI –y en las mismas condiciones se encuentra en Nuevo Laredo, Mónica García Velázquez-. Qué lejos está de alcanzar la altura de un Manlio Fabio Beltrones que en el 2016 dirigió a un PRI que perdió 7 de las 12 gubernaturas y 15 días después de la debacle, renunció a la dirigencia. ¡Eso es tener honor, dignidad y valores!
En cambio Yahleel se aferra a la dirigencia del PRI, no quiere dejar los beneficios de ser dirigente: traer camioneta, chofer, gasolina, celular, viáticos y sueldo pagado por el PRI. Enseña el cobre. Fue igual que muchos de sus antecesores.
Qué lamentable que haya intervenido el Comité Ejecutivo Nacional del PRI para destituirla y que en su lugar se designe a José Ricardo López Pescador como delegado y encargado del despacho del Comité Directivo Estatal. Yahleel debió retirarse a tiempo.
De paso Yahleel deja al PRI con un pleito mercantil con la empresa Hipercolor que reclama el pago de 16 millones de pesos por servicios prestados en el 2010.
Ya se da por sentado que a la conflictiva legisladora le van a quitar la coordinación de los diputados del PRI en el Congreso y si eso pasa, júrelo que va hacer un berrinche y va amenazar con irse al PAN. ¡Allá el PAN si la acepta!
Por lo pronto, Roberto González Barba exige que Abdala rinda un informe financiero sobre los ingresos y egresos del partido que este año recibirá 52 millones de pesos, de los cuales ya le han sido entregados más de 46.
Esos recursos los maneja Abdala de manera opaca. Solo ella, y un reducido grupo de colaboradores saben en qué se gastan, en tanto que a los comités municipales se les abandono.
Sin Yahleel, el PRI puede aspirar a reconstruirse. Esa mujer le hizo mucho daño al partido, porque se aprovecho del cargo para repartir candidaturas entre sus amigos y alejó a los militantes, incluidos personajes que la consideraban diferente y confiaban en ella, pero fue a los primeros que traicionó, porque para ella, primero es ella y después los demás.
El futuro del PRI esta complicado, pero depende de los mismos priistas decidir si salen adelante, o se permanecen en el hoyo a donde los llevó Yaheel. Pero para salir adelante, deben aislarla. No darle ningún espacio de participación.