Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez
No cabe ninguna duda de que los tiempos cambian; la evolución social y del mismo gobierno presentan nuevos retos a los que debemos enfrentarnos, queramos o no.
Solo para dar una idea, le comento del divorcio muy acentuado entre el gobierno y… empresarios; las víctimas de delitos; el desempleo y despidos; la reducción de salarios a manera de donación forzada; la carencia constante de medicamentos y la suspensión de tratamientos médicos; la falta de apoyo a personal de salud por la pandemia; el apoyo al campo, la pesca, la producción, etc., etc.
Nos llevaríamos mucho espacio solo comentar cada tema señalado, además sería repetitivo, enojoso y hasta tedioso lo que estamos viviendo en este ¿nuestro? México. De plano declino la idea de escribir sobre esos males que tanto lastiman a la sociedad mexicana de hoy.
Dedico este espacio a una nueva experiencia que viviremos este 30 de abril del 2020: El Día del Niño. Y la nueva experiencia no por una determinación de cierto mal o buen gobernante, sino por la amenaza de la salud pública, la pandemia del COVID-19
Históricamente en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y como consecuencia del sufrimiento de la población -incluye menores de edad- por los estragos de la 1ª Guerra Mundial (1914-1918), determinó en 1925, la celebración del Día Internacional del Niño en Ginebra, sede de la Conferencia Mundial sobre Bienestar Infantil.
Por diferentes razones cada país celebra una fecha, incluso la propia ONU lo celebra el 20 de noviembre de cada año, con el nombre de Día Universal del Niño.
En México la fecha oficial se instauró el 30 de abril de 1924, siendo presidente de la República, don Álvaro Obregón y Ministro de Educación Pública, el Maestro José Vasconcelos.
Se lee en algunos historiadores, que el Tantoyuca, Veracruz, desde el 8 de mayo de 1916 se había instaurado un día especial para los niños e incluso así lo registran los antecedentes encontrados en la capital de Tamaulipas en acta de una notaría pública.
Es una tradición que en todas las escuelas públicas de la educación básica del país, los niños viven un día diferente. No es extraño que los profesores caractericen un personaje, organicen festivales o salidas de esparcimiento, sin faltar las golosinas y comida que guste a los infantes.
Al final de los años 50s, 60s y hasta mediados de los 70s, era característico que los niños de preescolar y primaria fueran el 30 de abril con su vaso, plato y una cuchara, porque organizadas por los maestros, las madres donaban comidas y postres para los niños; algunos directivos donaban funciones de circo o de cine gratis.
En la CDMX el Escuadrón de Motociclistas, acudía a las escuelas con patio grande para exhibir sus acrobacias, como en las películas mexicanas que protagonizó Pedro Infante con el Cuerpo de Motociclistas de Tránsito.
En Tamaulipas y otros estados, en este siglo XXI, la delincuencia organizada ha montado sendos festivales, hasta en instalaciones del propio gobierno, con artistas en vivo y obsequio de juguetes y golosinas para todos los niños… y llenaron estadios de futbol de 1ª y 2ª división con niños y mamás.
Este Día del Niño es diferente.
E insisto no es por determinación de nadie en particular. La pandemia del COVIT-19 y el temor del contagio nos tienen enclaustrados en casa desde el 16 de marzo pasado, por lo que las pantallas de computadora, las imágenes de la televisión y las bocinas de la radio, intentarán festejar a los niños.
Esta vez no habrá empresas o comercios de ninguna naturaleza que ofrezca sus festivales, sus piñatas, su entrega de despensas o piñatas.
La música infantil apenas se escuchará por la radio o la televisión, pero de plano cada niño escuchará lo que su universo pandémico le permita.
Ojalá todos los niños tengan papás como los de Daniela, Alejandra, Ana, Regina, Rebeca, Roberto, Mario y tantos infantes que, aún en el confinamiento de su hogar, les festejarán con disfraces, juegos, música y con el dispendio que sus recursos familiares les permitan… pero sin amigos… solos… confinados por la Pandemia.
Feliz nuevo Día del Niño 2020.