
Por: Evaristo Benitez Castro
Discurso anulado por la realidad.
Deliberadamente dejé pasar casi 48 horas de los sucesos criminales, para intentar conocer y evaluar las reacciones en el entorno social; me refiero al dramático asesinato del Delegado Estatal de la FGR con residencia en Reynosa Tamaulipas ( ocurrido ahí mismo), que como era de esperarse las respuestas ciudadanas dependen del lado de la historia de sus personajes.
Desde aquellos que minimizan la estatura del asesinado (“era interino” desde el año 2019 en que llegó a Tamaulipas, dicen), pasando por los intentos de involucrar a políticos de la región que tienen aspiraciones políticas, (el JR, Olga Sosa, Maki Ortiz, etcétera) hasta aquellos que desde ahora dudan de la valentía-integridad-independencia judicial de los “nuevos jueces electos en las urnas”, para resolver casos como el que hoy nos ocupa y que encontrarán los respectivos expedientes en sus escritorios, después del primero de septiembre de 2025.
En efecto Ernesto Vázquez Reyna, el Delegado Estatal de la FGR asesinado con lujo de saña y a plena luz del día, es el vehículo para enviar un mensaje del crimen organizado a los hombres y mujeres de la ley y el orden:
“Aquí estamos y me están fallando”, dicen sin escribirlo con letras.
Sin el ánimo de polemizar pero para vejetes como yo es claro que:
—El crimen de don Ernesto, después de unos días y quizá semanas, llegará a los amplios archivos de la ley esperando mejores tiempos para su resolución.
—Los intereses que giran en torno al crimen (periodísticos, políticos, judiciales, burocráticos y electorales) son tan poderosos y reales que hacen inevitable enfriar y congelar el asunto en comento.
—Por el mensaje cifrado seguramente el destinatario ya tomo nota y desde luego asesinar al Delegado de la FGR en forma tan dramática es la parte medular del texto remitido.
¿Y cuál es el texto, su remitente y su destinatario, don Evaristo?.
¡¡¡Alto!!; si no soy Alejandro Gertz Manero después de dormir la siesta.
Sólo intento entender la situación; me queda claro que las décadas de impunidad y complicidad entre política y crimen en la región no se acabará con la muerte de don Ernesto Vázquez Reyna.
Más bien se ajustaran cuentas entre los particulares de los negocios ilegales y se refrendarán las complicidades en tanto se atienda el mensaje de los pillos y lo asimile su destinatario.
Puedo en éste preciso momento recordar el asesinato en Tamaulipas y en lo que va del siglo, de cuando menos diez personajes políticos de alto nivel y su investigación sigue en curso con intensas pesquisas y con el apoyo de la policía “científica”.
Quiero equivocarme pero no veo cómo sería distinto el caso del crimen del Delegado de la FGR; el reto para las autoridades federales, estatales y municipales (TODAS de MORENA) que tienen como apotegma…”No mentir, No robar y No traicionar” además de las afirmación de “No somos iguales a los del PRIAN” es realmente mayúsculo.
Aquí está una excelente oportunidad para el deslinde político de MORENA-GOBIERNO que nos muestre su divorcio con el crimen organizado.