Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno

Si bien es cierto que el próximo lunes es el registro de aspirantes a candidatos a diputado local por Morena, no significa que ese día se oficialice a los elegidos.

El registro ante el IETAM es del 27 al 31 de marzo, por lo que es posible que los candidatos se decidan días antes del 27 de marzo.

Mientras tanto, estamos viendo como la lista de aspirantes se engrosa cada día y al rato se va a parecer a la casi extinta sección telefónica. En la lista, de entre 30 y 40 nombres, abunda la paja. Se van a anotar elementos que no tienen posibilidades, no tienen experiencia política, carecen de padrinazgos, no tienen dinero para una campaña, ni una estructura que los apoye en el territorio, pero se dan por satisfechos con registrarse.

Un fundador de Morena, al que le preguntamos por qué no tiene intenciones de registrarse, con toda franqueza nos respondió: “¿Para qué Raúl?, si no tengo dinero para viajar a Ciudad Victoria, menos para pagar una campaña”. Al menos es honesto y no está ilusionado en que surjan decenas de mecenas que aporten millones de pesos para la campaña, sin pedir nada a cambio.

Hacer política en la época actual es igual a la época de la democracia griega: la política es para los que tienen dinero y están dispuestos a invertir una parte. Y es que todo cuesta, desde una reunión de 20 gentes, a una con 500, con el agregado de que tan pronto surge un candidato, sobran los correligionarios que ven en él una solución para poder completar el pago del recibo de luz, la colegiatura, el regalo para la esposa y un largo etcétera. Y mientras el político suelta recursos, es a todo dar, pero si a la cincuentava vez se niega, es mal amigo.

En fin, aunque se registre medio centenar de aspirantes, al final será la dirigencia nacional de Morena la que decida quiénes son los candidatos, De ahí que los que quieren y le saben a la política, se dan sus vueltas a la Ciudad de México para platicar con Yendkol Polevnsky, con Mario Delgado, Ricardo Monreal, Dolores Padierna y otros personajes del morenismo nacional. El asunto está en la Ciudad de México. Lo vimos el año pasado, pero a medio mundo se le olvido.

En otro tema, los mexicanos estamos hartos de la corrupción y la impunidad. Por eso gano Andrés Manuel López Obrador. Pero no se combate la corrupción con discursos morales. Se necesita menos palabrería y más acción contra quienes han incurrido en corrupción. Hasta ahora el nuevo gobierno se la ha pasado acusando a sus antecesores de corrupción y a nadie enjuicia. Así los corruptos siguen siendo corruptos, pero son más discretos.

Mientras mantenga esa misma línea, nada va a cambiar en el país. El problema es que nuestra economía se deteriora. Esto le tiene sin cuidado a más de 50 millones de mexicanos que toda la vida han sido pobres, pero el problema es que el deterioro puede crecer y crecer, hasta llegar a niveles como Venezuela, Honduras, Guatemala. Y esos 50 millones de pobres van a hundirse más.