Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez

Esta expresión como el título de hoy, tiene su origen en tiempos pasados y se supone nace de la propia experiencia popular, cuando una persona utiliza la locución “Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”, se puede interpretar como si repetimos un acto peligroso, se corre el peligro de que finalmente hará crisis y tendremos conflictos.

Los dichos y refranes no son atribuidos a ninguna persona en lo particular, aunque haya algunos simpáticos, pero muy obvios, que se le adjudican a los aseadores de calcado, carniceros, barberos… personajes populares como el ‘Filósofo de Güemez’.

El tema viene a esta mesa por los comentarios en los medios de comunicación de audio, video e impresos, que pareciera son indicativos de temas obligados por la temporada escolar que todo indica será por internet desde el arranque este 24 de agosto, por la pandemia del COVID-19 que impide clases presenciales.

“Tanto va el cántaro al agua, hasta que se rompe” referido en esta ocasión a las ‘cuotas voluntarias’ que exigen los padres de familia, vía escuela -maestros o directivos- que al fin y al cabo son los más interesados en que los papás den su aportación monetaria, pues de alguna parte debe surgir el financiamiento para solventar los gastos del plantel.

¿Cuáles?, podrá usted preguntar como cualquier padre de familia, cuyo argumento es que los niños no van a la escuela y no se gasta nada. Error… Sí hay gastos porque los directivos pagan para el mantenimiento de los edificios y de servicios como el teléfono y la línea de internet, que no son gratuitos y ningún gobierno deroga para saldar estas deudas, pese al ordenamiento federal del 73 Constitucional, fracción XXVI.

Por lo tanto, maestros y directivos insisten cada año en la cuota voluntaria, acordada o no en la Asamblea de Padres de Familia de la Escuela, como lo marca la legislación vigente y que la misma autoridad educativa sabe sucede, pero se hace de mucho disimulo (oídos sordos) porque de otra forma tendría que exigir al Ejecutivo Federal cumpla con la orden Constitucional que ordena a los diputados “…fundar y sostener escuelas de educación básica en el país…”

Varios comunicadores hablan del tema, como la periodista victorense Gabriela Sustaita, que sostiene en su publicación impresa, hay quejas de los padres de familia por el condicionamiento de inscripciones a cambio de aportaciones económicas.

La misma fuente asegura que el 75% de los planteles cobraron por anticipado las cuotas, pese a que la ‘cantaleta’ de todos los años va sobre la ‘sanción a la que se harán acreedores maestros o directores que sean acusados del cobro de cuotas o la amenaza de retención de documentos oficiales, por la misma causa.

La Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET), asegura que las quejas están surgiendo entre los padres de familia de nuevo ingreso en los niveles de preescolar, primaria y secundaria, aunque la misma dependencia asegura que este requisito fue cubierto desde febrero, en las inscripciones anticipadas.

En muy natural que los padres de familia con problemas para el pago de cuotas escolares y hasta cierta forma el acoso de la escuela, son mexicanos lastimados en su economía familiar por este fenómeno de Salud Pública que nos golpea a todos, incluso a los grandes empresarios, prueba de ello el traslado de las escuelas privadas a las públicas.

Se entiende que las autoridades de Educación Pública y Educación de Tamaulipas, declaren a la prensa sobre la irregularidad en el cobro de cuotas, -interpretan es su papel de funcionarios- y su postura es abocarse a la gratuidad de la educación. Sin embargo no aceptan ni por error que al Congreso de la Unión es a quien corresponde destinar recursos para las escuelas.

En todo el territorio nacional, incluyendo Tamaulipas y sus escuelas citadinas, urbanas y suburbanas, rurales y semirurales, las cuotas escolares se siguen ‘cobrando’ para el mantenimiento de la escuela, el edificio y gastos administrativos, principalmente.

Un reto para las autoridades de Tamaulipas, cuando la periodista Gabriela Sustaita afirma que “…la Escuela Secundaria Técnica 1 ‘Álvaro Obregón’, en donde a través de redes sociales, padres de familia informaron que en dicho plantel se exigen mil 500 pesos a cambio de asegurar un espacio a los alumnos, además de que se amenaza con no entregar los libros de texto si no se cubre esa cantidad, de acuerdo a la cuenta en Facebook de ‘Psic Luis Felipe Castillo’.”

Desde luego no es el único caso denunciado. Hay muchos más en las redes sociales, lo malo es que no hay denuncias formales y en todos los años que me diga, no hay una amonestación pública, sanción administrativa o prisión a quienes cobran.

La gran interrogante es ¿Por qué? Conozco la respuesta y está escrita en esta misma columna, cuando aludo a la Constitución. Usted formule sus propias conclusiones y acertará, pero no olvide cuando el cántaro se rompa, no habrá color del gobierno que pueda remendar el cántaro… ¿O sí?