El Che, asesino en serio

Eduardo Pacheco
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El Che, asesino en serio

 

-Fue ejecutado hace 58 años

-Murió y mató por sus ideales

-Amigos eran los que pensaban igual que él

-Lo admiran los que no lo conocen

 

Tiempo de opinar

Raúl Hernández Moreno

9-octubre-2025

 

El 9 de octubre de 1967, a los 39 años de edad, fue asesinado Ernesto Guevara, mejor conocido como el Che Guevara.

Después de su muerte, el Che se convirtió en héroe de las juventudes rebeldes de todo el mundo y de él se ha dicho que murió por sus ideales, frase que está incompleta: Murió por sus ideales y mató por sus ideales.

Era un tipo cruel, fanfarrón, inculto, sucio, -duraba hasta seis meses sin bañarse- que despreciaba a la mujer, a los homosexuales, que mataba por placer y una de sus máximas era “mis amigos son mis amigos, mientras piensen políticamente como yo”.

En sus diarios y escritos admitió haber matado personalmente a 14 personas, participó en el fusilamiento de 23 cuando los rebeldes tomaron Santa Clara y en el campo de exterminio conocido como La Cabaña, participó directamente en otras 175 ejecuciones. No murieron en enfrentamientos, fueron asesinatos.

El Che fue un asesino serial, un asesino en serio. En comparación, a Charles Manso y seguidores se les enjuició por nueve muertes.

Fidel Castro se encargó de glorificar al Che después de su muerte, misma que pudo evitar, pero estuvo de acuerdo en que el argentino fuese a sembrar la semilla de la revolución en Bolivia y lo dejó morir, porque le estorbaba.

Millones de jóvenes admiran al Che, porque no lo conocen.

A fines de diciembre de 1951, el Che, sobrenombre con el que se le conoció cuando estuvo en Guatemala, aprovechó las vacaciones de verano -estudiaba medicina en la Universidad de Buenos Aires- y junto con su amigo Alberto Granados se trepó en una motocicleta y se fueron a recorrer Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela. Su amigo se quedó a trabajar como médico en Venezuela, el Che viajó en avión a Miami y de ahí regresó a Argentina. Ocho meses duró el recorrido.

Cuando regresa a su tierra se encuentra con un movimiento de resistencia a la dictadura populista de Juan Domingo Perón y aunque la Universidad es uno de los focos de resistencia, el Che no se involucra ni a favor ni en contra. Aún no era revolucionario.

En abril de 1953, aparentemente termina su carrera, aunque nunca cumplió con su residencia de medicina, requisito para obtener su título y hasta hoy está en duda que se haya graduado pues la universidad carece de registros.

A finales de ese año viaja a Guatemala, gobernada por el socialista Jacobo Árbenz, donde conoce a la que será su primera esposa, Hilda Gadea, de la que escribirá que la mujer se le declaró en una carta, pero por esos días estaba bastante afectado por el asma, si no la hubiera poseído, aunque señala que es una “lástima que sea tan fea”. Con ella tendrá una hija a la que su padre la ve fea y con cara de “Mao Tse Tung”.

En junio de 1954, Árbenz es derrocado por el Ejército de Liberación Nacional, con el respaldo de la CIA y Guevara se mantiene al margen de la guerra civil, no obstante que su mujer sí simpatiza con los comunistas.  Escribe una carta en la que menciona que mientras se daban los enfrentamientos él se divertía viendo a la gente correr como loca: “Aquí todo estuvo muy divertido, con tiros, bombardeos, discursos y otros matices”. De ese tamaño era su indiferencia ante las tragedias ajenas.

De Guatemala viajó a México y en julio de 1955 conoció a los hermanos Fidel y Raúl Castro, de los que se hizo amigo, especialmente con esté último, Es en esa época en que se convierte en revolucionario, eso sí, estando de acuerdo en que cubanos radicados en Estados Unidos financien el movimiento, con el consentimiento del gobierno estadounidense, que está enterado de lo que se organiza.

En 1959, Cuba era un país con gran desarrollo económico y se ubicaba en el lugar 22 de 122 naciones. Cuba era el primer lugar de los países hispanoamericanos con el mayor porcentaje de personas que sabían leer y escribir, con el 80 por ciento de la población alfabetizada, y tenía el doble de médicos que cualquier otro país del Caribe.

Cuba era el país con más televisores en el mundo, solo superado por los Estados Unidos

En plena revolución, en la Sierra Maestra, el Che desconfía del guerrillero Eutimio Guerda de quien cree que es informante del ejército y propone matarlo, a lo que sus demás se oponen, pero él saca su pistola 22, le da un disparo en la sien derecha y acto seguido se apodera de las pertenencias del muerto, entre ellas un reloj y lo confiesa en su diario.

Después de ese crimen vendrían muchos más. Había llegado la época de ser carnicero.

Entre el 29 y el 31 de diciembre de 1958 se da la batalla de Santa Clara, que marca la derrota de los batistas. Un tren con tropas oficiales pacta entregarse a los rebeldes y el Che ofrece regalarles dinero -las cifras van de 350 mil dólares a un millón de dólares- pero cuando el tren, con 400 elementos, llega al punto acordado y los soldados se entregan, el Che ordenó disparar a los militares y matan a más de 300, en tanto que los rebeldes sufren solo seis bajas. Obtenida la victoria, previamente pactada, el Che participa en el fusilamiento de 23 soldados.

Triunfante la revolución, a el Che se le asignó la dirigencia de “La Cabaña”, una fortaleza militar que convirtió en un campo de exterminio, donde el argentino se dio gusto ejecutando opositores en grandes cantidades, más de 550 en los primeros días.

El Che decide quién vive y quién debe morir fusilado. En La Cabaña terminarán fusilados 1 892 personas, en menos de un año.

El 29 de noviembre de ese 1959, es ascendido a presidente del Banco Nacional de Cuba. Llega a su oficina vistiendo su uniforme verde olivo, con la camisa abierta, la pistola al cinto y botas de paracaidista mal atadas. Es un fanfarrón.  Entre sus primeras acciones está estatizar 400 empresas estadounidenses y expropiar 300 mil hectáreas y en respuesta Estados Unidos prohíbe el intercambio comercial con la isla. Es la reacción al robo de las propiedades de sus conciudadanos a los que nunca se les indemnizó. Cuba decide entregarse a Rusia y se declara comunista, pues hasta entonces Castro afirmaba ser demócrata.

En abril de 1961 se produjo la fallida invasión a la Bahía de Cochinos en la que unos 1 200 exiliados castristas pretendieron tomar Cuba y fueron sometidos por más de 50 mil milicianos cubanos que mataron a 40 y arrestaron a 1 180 expedicionarios que posteriormente la dictadura “liberó” a fines de 1962 a cambio de 62 millones de dólares que pagaron las familias y amigos de los rebeldes, residentes en Miami.

En octubre de 1962 vino la crisis de los misiles, que duró 13 días, cuando Rusia instaló este armamento en la isla, apuntando a Estados Unidos, pero este movilizó su ejército y obligó al gigante comunista a retirarse, para disgusto de el Che, partidario de atacar a los gringos, sin importar que estallara una guerra nuclear. Castro y el Che llamaron mariquita al líder ruso Nikita Krushev.

Del Banco de Cuba, el Che pasó al Ministerio de Industria desde donde se decidió cuántos abogados, médicos, profesionistas y técnicos requería el país y cuando le preguntaron si eso no era una dictadura, respondió que sí lo era.

También instauró los fines de trabajo voluntario. Durante la semana los cubanos atendían su trabajo normal y los sábados y domingos eran obligados a trabajar en el campo, en la industria, donde se necesitase, sin remuneración alguna.

En 1965 se crea el Departamento de Lacras Sociales del Ministerio Interior y se ordena el arresto y trabajo forzoso de entre 12 y 14 horas diarias, de “lacras”, como ser católico y los homosexuales. Los soldados adictos al régimen deciden quien es “maricón” y quien no, con solo observarlos. Más de 600 sacerdotes católicos son expulsados de la isla.

El Che fue un desastre al frente del Banco de Cuba y del Ministerio de Industria. Lo de él era la sangre y en abril de 1965 decidió exportar la revolución al Congo, donde fracasó; también apoyó a grupos rebeldes en Argentina y fracasó; luego lo intentó en Bolivia, y fracasó. Fue un mal guerrillero que sin embargo escribió un manual de guerrillas, como si dominara el tema.

El 9 de octubre de 1967, el Che fue capturado por el ejército de Bolivia.

En su captura, interrogatorio y ejecución participó el agente de la CIA de origen cubano, Félix Rodríguez. Años después, en febrero de 1985, el mismo agente participó en el interrogatorio y ejecución del agente de la DEA, Enrique Kike Camarena. Casualidades del destino.

En julio de este año, la alcaldesa panista de la Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, Alessandra Rojo de la Vega ordenó retirar las estatuas de Fidel Castro y el Che Guevara, instaladas en 2017, en una plaza pública de la colonia Tabacalera. Al hacerlo, dijo que ambos eran dictadores y asesinos y es verdad.

Honrar su memoria, sería tanto como instalar monumentos en honor a Ted Bundy, John Wayne Gacy, Abimael Guzmán, Pablo Escobar, Adolfo Hitler, Rafael Leónidas Trujillo y toda esa clase de personajes que forman parte de la lista de los personajes más siniestros en la historia de la humanidad.

Conocerlos es necesario, para evitar que sus historias se repitan, pero no para admirarlos.

En la China actual se recuerda, pero no se honra la memoria de Mao Tse Tung, responsable de una hambruna que dejó por lo menos 30 millones de muertos entre 1958 a 1962, resultado del proceso de industrialización cuando se obligó a los campesinos a dejar sus tierras e irse a trabajar a las fábricas. A falta de mano de obra en el campo, hubo escasez de alimentos y se produjo la muerte masiva.

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