EL HUMO DE LA HIPOCRESÍA. 

Eduardo Pacheco
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EL HUMO DE LA HIPOCRESÍA.
La prohibición del vapeo y el regalo dorado al mercado negro.
Por: Luis Enrique Arreola Vidal.
México tiene un talento extraño: cuando no sabe regular, prohíbe.
Y cuando prohíbe, entrega el negocio al crimen.
La cruzada contra el vapeo no nace de la ciencia, ni de la salud pública, ni de un análisis serio de riesgos.
Nace del capricho, de la ignorancia regulatoria y de una visión moralista que confunde gobernar con santiguarse.
Desde Palenque se dictan decretos como si la evidencia científica fuera humo… y el humo, paradójicamente, termina siendo más tóxico.
LA CIENCIA ES INCÓMODA, PERO EXISTE.
Los datos son claros y, para algunos, insoportables:
•Tabaco tradicional: ~8 millones de muertes anuales en el mundo.
Combustión, alquitrán, monóxido de carbono y más de 70 cancerígenos conocidos. El rey indiscutible del daño.
•Alcohol: ~3 millones de muertes anuales. Cirrosis, cánceres, violencia, accidentes, deterioro neurológico.
•Vapeo: sin combustión. Riesgos mucho menores que el cigarro. Revisiones internacionales (Reino Unido, Cochrane) lo colocan en torno a 5–10% del riesgo del tabaco. No es inocuo, pero es dramáticamente menos mortal.
Y sin embargo, ¿qué se prohíbe con saña?
El vapeo.
¿Y qué se permite con alfombra roja?
El cigarro y el alcohol.
No es una política de salud. Es una contradicción institucional.
PROHIBIR NO ELIMINA: CARTELIZA.
La historia es vieja y siempre sangrienta:
cuando el Estado abdica de regular, el mercado negro regula con plomo.
Prohibir el vapeo no reduce su consumo. Lo desplaza.
Y lo desplaza hacia:
•líquidos sin control sanitario,
•mezclas adulteradas,
•nicotinas de origen incierto,
•aceites industriales,
•productos importados por rutas ilegales.
El caso EVALI en EE.UU. lo dejó claro: las muertes no vinieron del vapeo regulado, sino de líquidos ilegales con THC adulterado y acetato de vitamina E.
Exactamente el escenario que México está fabricando a propósito.
El resultado es predecible:
•Menos control.
•Más riesgo.
•Más dinero para redes criminales.
•Cero beneficios reales para la salud pública.
EL DOBLE DISCURSO: MORAL PARA UNOS, NEGOCIO PARA OTROS.
El Estado mexicano cobra impuestos al alcohol y al tabaco mientras sermonea sobre la salud.
Es una ética selectiva:
la droga que recauda es “cultural”;
la que reduce daño es “pecado”.
La prohibición del vapeo no protege a los jóvenes.
Los expone a productos sin etiquetado, sin trazabilidad, sin regulación y sin límite alguno.
Eso no es prevención: es negligencia institucional.
REGULAR ES GOBERNAR. PROHIBIR ES RENDIRSE.
Los países que sí entienden de salud pública —Reino Unido, Nueva Zelanda— regulan, informan y usan el vapeo como herramienta de reducción de daños para fumadores adultos.
México hace lo contrario:
prefiere el aplauso ignorante al dato incómodo,
el decreto al estudio,
el dogma al análisis.
La prohibición del vapeo no es una política sanitaria.
Es una fábrica de mercado negro.
No reduce riesgos: los multiplica.
No salva vidas: las pone en manos de traficantes.
Mientras el cigarro y el alcohol —las drogas legales más mortales— siguen vendiéndose sin rubor, el gobierno empuja a millones a consumir productos clandestinos, sin saber qué inhalan, ni quién los produce.
No es por salud.
Es por ignorancia.
Y la ignorancia, cuando gobierna, mata más que el humo.
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