
El PAN seguirá secuestrado por Cabeza de Vaca
-¿Seguirá la alianza con el PRI en el 2027?
-Ramiro Ramos quiere ser candidato del tricolor
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Raúl Hernández Moreno
8-octubre-2025
El diputado local Gerardo Peña Flores destapó a César Verástegui Ostos El Truko, como próximo dirigente estatal del PAN, con el cual el cabecismo, y no el panismo, busca resurgir en Tamaulipas.
El ex diputado federal, ex alcalde de Xicoténcatl, ex secretario general de gobierno en el sexenio de Francisco Cabeza de Vaca y ex candidato a gobernador es la imposición que desde tierras texanas decidió el ex mandatario que determinó ya no tener en esa posición a Luis Enrique Cantú Galván, El Cacharro, a quien mantuvo en la dirigencia estatal del PAN, pese a perder las elecciones del 2021, 2022, 2023 y 2024.
Cabeza de Vaca sostuvo Cantú Galván, pese a sus reiteradas derrotas, por la simple razón de que esas elecciones se perdieron por culpa del propio gobernador que se apoderó del PAN y creyéndose una chucha cuerera en materia política impuso candidatos, sin importar su perfil. Estaba convencido de que era muy popular Además, fue él quien decidió la alianza con el PRI en el 2022, 2023 y 2024, que resultó un fiasco y terminó afectando a los dos partidos, porque los militantes no estuvieron de acuerdo.
El Truko Verástegui tendrá como compañera de fórmula a la ex magistrada Gloria Garza Jiménez. El PAN seguirá secuestrado por Cabeza de Vaca y muchos cuadros panistas optarán por seguir alejados del partido, porque saben que el PAN los quiere trabajando en las campañas, pero sin ofrecerles posiciones y en el caso de ganar, no los tomará en cuenta en los gobiernos municipales. Cabeza es come sólo y en el pecado llevará su penitencia.
Habrá que ver qué decide el PRI para el 2027. ¿Se va sólo o va en alianza con el PAN?
El ex diputado local y ex dirigente estatal del PRI, Ramiro Ramos Salinas ha dicho que no está de acuerdo con la alianza, que prefiere que el partido vaya sólo. El problema es que la decisión no corresponde a los priistas tamaulipecos ni a sus dirigentes estatales, sino al Comité Ejecutivo Nacional, que está secuestrado por Alejandro Morena, otro “Cacharro Cantú”, que ha perdido todas las elecciones, pero se aferra al poder y lo peor es que la mayoría priista lo consiente. Los pocos que se han opuesto a Alito han terminado expulsados del PRI o han renunciado voluntariamente, ante la imposibilidad de enfrentar su avasallante poder.
La decisión de no ir con el PAN, no está hoy en manos de Ramiro Ramos, como tampoco lo estuvo en el 2022, 2023 y 2024, como pretenden hacer creer quienes no están de acuerdo con la forma de operar de Ramiro y le reprochan, no haberse opuesto a Cabeza de Vaca. Son paparruchadas.
Por cierto, recientemente coincidimos con Ramiro Ramos y él insiste en que en el 2027 quiere ser candidato del PRI, a cualquier posición, desde alcalde, diputado federal, diputado local, regidor. En tiempos del profesor Pedro Pérez Ibarra, ante una declaración de ese tipo, habría dicho: “Quiere lechita quemada”, porque eran los tiempos en que el tricolor ganaba sin importar quien fuera su candidato y sin importar quienes fueran los candidatos opositores. Los abanderados del PRI hacían campaña no para ganar, sino para legitimarse. El dinero sobraba en campañas, pues industriales, empresarios, comerciantes, profesionistas se presentaban en las oficinas del PRI para entregar una aportación a la campaña y no eran 20 mil, 30 mil pesos de ahora, eran cantidades 10, 30, 100 veces más.
Hoy los tiempos han cambiado. Ser candidato del PRI, aquí en Tamaulipas es asunto de personajes que quieren mucho a su partido y no les importa exponerse a una derrota y perder pequeñas y grandes cantidades de dinero. Conseguir apoyo económico de empresas y particulares cada vez es más complicado, porque meterle dinero a la campaña es como comprar un boleto de lotería.
En fin, Ramiro quiere ser candidato. La decisión la tiene el PRI.