Ciudad de México.- El presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, anunció una profunda reforma al partido, que no será ni satélite ni comparsa del gobierno federal; advirtió que no respaldará ni el desmantelamiento del Instituto Nacional Electoral (INE) ni la revocación de mandato y llamó a los exmilitantes a regresar al partido, porque ya llegó a su fin la nomenklatura y las candidaturas decididas en los pasillos.
Ante cerca de 500 consejeros nacionales, ante quienes rindió protesta como nuevo presidente nacional del partido, Moreno Cárdenas explicó que el PRI fijará una posición clara frente a la corrupción, pues “sencillamente no vamos a permitir comportamientos que deshonren al partido y actuaremos en consecuencia”.

Y aunque no la mencionó por el nombre, hizo referencia a lo que ocurre con Rosario Robles, excolaboradora del gobierno federal de Enrique Peña Nieto, al explicar que “el PRI no solapará a nadie, pues cada caso tiene nombre y apellido, pero tampoco permitirá persecuciones derivadas de vendettas políticas; no se puede judicializar la política, ni politizar la justicia; el respeto al Estado de derecho es fundamental para la estabilidad de la política nacional”.

En un discurso largo, interrumpido en 16 ocasiones por los aplausos y porras clásicas de los consejeros priistas, Moreno Cárdenas expresó que “no voy a aclarar lo que ya es una realidad, el verdadero partido satélite de México es Morena, porque gira alrededor de una sola voluntad y eso lo sabemos todos.

“Hay quienes aplauden al gobierno por reflejo condicionado, en cambio a nosotros nos corresponde una posición constructiva, competitiva, fuerte en ética, con carácter y con categoría política, la oposición más digna de la historia de este país, inquebrantable en sus principios e indestructible en su valor democrático”, dijo.

Anunció que presentará una propuesta para la reforma profunda del partido, basado en una ideología de centro izquierda; pues “en los últimos años se alejó a la militancia, las decisiones las tomó una nomenklatura sin raíces ni compromiso con el partido, y las candidaturas las repartieron en quienes los tuvieron secuestrados. Lo que yo planteo es liberar al partido y regresarlo a sus orígenes para restablecer los vínculos con nuestra militancia; recuperar el orgullo de ser priistas”.

Resaltó que “por primera vez en mucho tiempo, el PRI no va a recibir instrucciones de nadie. Lo digo y lo reitero con absoluta claridad, para que nadie se equivoque: no le debemos nada a nadie, lo único que le debemos a nuestra dirigencia es el apoyo y el respaldo de toda la militancia priista en nuestro país”.

Y también aclaró que “no vengo a pasar por encima de nadie; las decisiones cupulares fueron sepultadas el 11 de agosto. Nuestra dirigencia será receptiva de todas las voces, para convertirlas en la voz del priismo nacional, para ello, convoco a la construcción del nuevo prestigio del PRI, realizando la más grande reforma en la historia de nuestro partido”.