Por Oscar Díaz Salazar

La sexagésima segunda legislatura del Congreso del Estado de Tamaulipas, es el “nodo” en el que coincidieron los personajes que hoy ocupan las posiciones políticas más relevantes en Tamaulipas. Aplicando la muy interesante, y útil para entender la realidad política, Teoría de Redes, encontramos que el Congreso de Tamaulipas, en su legislatura XLII, fue el lugar, -y el tiempo-, en el que coincidieron y establecieron relaciones de amistad, solidaridad y complicidad política, los ex diputados Rigoberto Garza Faz, Erasmo González Robledo, Jorge Valdez, Olga Sosa, Rigoberto Rodriguez Rangel, Abdies Pineda Morin y otros.

Ese grupo, que en algún momento, medio en serio, medio en broma, en una de sus habituales reuniones mensuales que tienen, hicieron una promesa de ayudarse siempre, sellando un pacto de hermandad, ese grupo de los sexagésimos segundos, tuvo dos momentos relevantes para ingresar a las grandes ligas de la política: el primero fue cuando el dueño del Partido Encuentro Social (PES), Abdies Pineda, consiguió para varios de sus compañeros la candidatura a la diputación federal por la coalición que postuló a López Obrador para la presidencia.

El segundo momento relevante se dio cuando el reynosense Rigoberto Garza Faz y el maderense Erasmo González Robledo, deciden juntar al difunto Sergio Carmona, con el diputado Mario Delgado.

El finado Sergio Carmona fue introducido con la cúpula morenistas por Riguito Garza Faz, a través de Mario Delgado. “El Muñeco” Carmona, pagó la campaña de Mario Delgado por la presidencia del partido. Una campaña de derroche, que volvió inequitativa la contienda, de acuerdo a las declaraciones del candidato derrotado, Porfirio Muñoz Ledo.

No está de más recordar que Sergio Carmona no era un filántropo de la política. Era un empresario que a cambio del patrocinio, fue retribuido con el control de varias aduanas y con contratos de obra pública y prestación de servicios en varias dependencias públicas, siendo PEMEX una de las más importantes, más no la única.

En la campaña del 2022 por la gubernatura de Tamaulipas, así como la del 2021 de alcaldes y diputados, la estrategia mediática del PAN – gobierno fue satanizar a los candidatos de Morena acusándolos de recibir financiamiento de los hermanos Carmona, omitiendo convenientemente que ellos mismos, los panistas, habían recibido dinero de los Carmona en 2016.

En la guerra mediática – política de las campañas, se llegó a señalar a los beneficiarios del patrocinio de los Carmona, con el mote de guachicoleros, lo que significa que acusan al receptor del patrocinio, de la “supuesta” actividad ilegal del patrocinador.

A partir de ese campaña que criminalizó a los Carmona, desde el punto de vista mediático, y solo a partir de su deceso, varios políticos que recibieron beneficios de “Los Muñecos”, lo negaron. Es el caso de Rigo Garza Faz, que si bien se mantiene fuera de los cargos públicos, no le ha ido nada mal, considerando que su hermana es regidora en el Ayuntamiento de Reynosa y su hermano es el jefe de compras de la administración municipal de Nuevo Laredo, señal inequívoca de que hubo dinero de los muñecos, en la campaña de Carmen Lilia.

Pero quien más se ha beneficiado políticamente del clan de los Carmona, luego del gobernador Américo Villarreal Anaya, es el diputado federal Erasmo González Robledo, que tras heredar la presidencia de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de su íntimo amigo Mario Delgado, hoy se prepara para ser el candidato a senador sustituto.

El Number guan de los muñecos, el Carmonista más aventajado, el guachicolero mayor (inexacto, pero muy ilustrativo el apodo), la mano que mece la cuna, el alter ego de Mario Delgado, el diputado Erasmo González Robledo, se anota como favorito en la disputa de la candidatura al Senado de la República.