Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez

Nadie sabe cómo le va a ir al diputado federal Mario Delgado, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Palacio Legislativo de San Lázaro, por no hacer las cosas como le ordenó el patrón -no de Los Pinos- del nuevo inquilino de Palacio Nacional.

El tema es la Guardia Nacional y pese a que hasta la convocatoria de reclutamiento se lanzó mucho antes de que se discutiera con los Diputados la Iniciativa de Ley, resulta que se retrasará su vigencia y por lo tanto, tendrán que ponerle freno a la escuelita de nuevos policías.

El caso es que el presidente Don Manuel López, declaró no estar satisfecho con la aprobación de la minuta en la Cámara de diputados para conformar la Guardia Nacional. Razón simple: el análisis de los diputados en esta Iniciativa de Ley, llevó a eliminar temas como dejar que “…el Ejército y Marina apoye con la seguridad pública… mientras se conforma la nueva corporación”.

La respuesta del de Tabasco, venido a presidente de los mexicanos, no se hizo esperar y declaró: “No estoy satisfecho, ya ven que me gusta llamar las cosas por su nombre” y en su conferencia de prensa matutina de ayer jueves, abiertamente reprochó a los Morenos diputados su mal tino, a pesar de que el Dip. Mario Delgado convenció a los del PRI de votar a favor.

Se trata de que los diputados tuvieron la osadía de eliminar el artículo transitorio donde se habla que “…mientras se consolida la Guardia Nacional, las Fuerzas Armadas apoyen con la seguridad pública del país.”

Don Manuel López dijo molesto ante los periodistas en Palacio Nacional: “Se quitó ese transitorio y prácticamente va a quedar igual como si fuese una reedición de la Policía Federal que ya sabemos no funcionó, no por culpa de elementos, sino que desde que se creó en el gobierno de Ernesto Zedillo no se le dio fuerza”, expresó.

Luego, vino lo más lamentable: pedir a los senadores de la República reincorporen ese artículo transitorio, ya que ahora “…la discusión pasa al Senado de la República…” dijo el de Tabasco.

Insistió el titular del Ejecutivo Federal, “Como pasa al Senado ‘queremos’ que se reincorpore ese transitorio. El transitorios habla que de manera transitoria, en tanto consolidamos la Guardia Nacional, pueda el Ejército y la Marina ayudarnos”.

Afirmo que es lamentable la expresión del presidente don Manuel López, porque deja al descubierto su ignorancia legislativa, pese a que en otras épocas ya ocupó curules en la Cámara de Diputados. Es decir se supone que conoce lo básico de la chamba.

La Iniciativa de Ley se recibió primero con los diputados (Cámara de Origen) y así como la aprobó esta Cámara, pasa con puntos y comas, a la Cámara de Senadores (Cámara Revisora). Si algo quiere modificar la Cámara Revisora, entonces con la sustracción, adición o modificación, se regresa a la Cámara de Origen, para que aprobada, retorne a la Revisora.

La ley es clara y, desde luego, que el ningún presidente de la república tiene la capacidad de conocer de todos los temas. Por ello, el marco legal autoriza a legisladores y al mismo Poder Ejecutivo la existencia de “asesores o expertos” en áreas específicas. Lamentable, pero la soberbia de algunos es muy oblicua.

El mismo tabasqueño, desde la tribuna de la Sala de Prensa en el Palacio Nacional, pidió a los miembros del Senado que se contemplen otros temas que fueron eliminados en la aprobación, sobre todo en lo relacionado con la participación de las Fuerzas Armadas en el proceso de capacitación, de formación, y la definición con claridad sobre la facultad de Ejército y Marina para invertir en asuntos de seguridad pública, “eso debe quedar claro”.

Quienes conocen un poco del tema, saben que una Iniciativa de Ley -como este caso- llega a la Cámara de Origen y aprobada, pasa a la Cámara Revisora, donde analizará exclusivamente lo que llegó. Si algo faltara o sobrara, entonces esta Cámara no aprueba, sino que regresa con las observaciones a la cámara anterior.

En la Cámara de Origen, analizarían, discutirían -y en su caso- aprobarían lo sugerido por la Revisora y la tendrían que regresar al Senado, donde entraría a revisión y podría aprobarse.

Que le avisen al presidente López Obrador que el Ejecutivo, según la propia Constitución, en su momento, puede regresar la Iniciativa a la Cámara de Origen con las observaciones que considera (Poder de Veto).

Finalmente la Iniciativa de Ley vuelve su paso por ambas Cámaras y si ambas la aprueban omitiendo las observaciones presidenciales, el Lic. López no puede hacer nada y solo le queda la obligación de señalar vigencia y publicarla. Si esto se diera, entonces pensaría que México empieza a cambiar y el Poder Legislativo dejaría de someterse al Ejecutivo.

Veremos y comentaremos.