Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez

La palabra como el título de hoy, puede tener la connotación de sencillez y moderación, propias de una persona o en su caso, un hecho. Por ejemplo una persona viste con austeridad… la austeridad y monumentalidad del Monasterio de El Escorial en Madrid, son características del estilo herreriano.

La austeridad puede tener relación también con la estrechez, la rigurosidad, la limitación, incluso en el cumplimiento de algunas normas morales, por ejemplo ‘vivió retirado y mantuvo una austeridad muy estricta’.

El tema viene a esta columna porque el Ejecutivo Federal entregará en fecha próxima el presupuesto de la federación para el siguiente año, el 2020, a la Cámara de Diputados y donde se anticipan reducciones importantes.

Presumiblemente los contextos afectados son salud, educación, infraestructura carretera, menos desde luego el Aeropuerto de Santa Lucía o El Tren Maya, donde habrá dinero suficiente.

Incluso se sigue hablando de las becas para los ‘ninis’, adolescentes embarazadas, madres solteras, adultos mayores, migrantes, etc. Pero también es una constante escuchar sobre la reducción del presupuesto ya de lo que resta del año en distintas áreas.

Algunos gobernadores han viajado hasta la Ciudad de México para intentar que los legisladores federales intercedan para aumentar el presupuesto de su entidad y hasta han buscado las entrevistas con secretarios de estado y con el mismo presidente López Obrador de tal suerte que no se reduzcan tanto los dineros que corresponden.

Francisco Javier García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas, incluso anunció el encargo a los contadores y abogados especialistas en derecho fiscal para que en base a los ingresos que aporta el estado a la federación, sea el presupuesto recibido de ésta.

Se está dando el caso de que en algunas dependencias como en educación, incluyendo la universitaria, donde los propios empleados sacan dinero de sus bolsillos para comprar paquetes de hojas blancas, la impresión o fotocopias.

La austeridad de la 4T está afectando el bolsillo de los trabajadores que con tal de iniciar, continuar o finiquitar un trámite, ‘cooperan’ con dinero propio para poder trabajar, ya que no hay material.

La reducción del presupuesto llegó hasta la Casa Máxima de Estudios de Tamaulipas, donde los empleados y funcionarios tienen limitadas el número de impresiones por mes, de tal forma que si el contador regresivo llega a cero, el empleado buscará la forma de continuar trabajando, por lo que tendrá que gastar de su propio peculio.

Mientras en las escuelas, oficinas y universidades se vive la austeridad, algunos integrantes de la bancada Morena en el Congreso de la CDMX ya declaran la existencia de nada más ni nada menos de aviadores que surcan los “cielos de la abundancia republicana” en su cobro quincenal.

El periódico Excélsior publica la denuncia del legislador de Morena, Efraín Morales Sánchez, cuando expresó que en el congreso de la capital del país, existe “…una administración muy obesa… unidades administrativas que no conocen las reglas y actúan de forma discrecional”

En opinión del legislador Morales Sánchez “…el Congreso de la Ciudad de México no está a la altura de lo que la gente esperaba”.

La revelación del diputado, del mismo partido político del presidente de la república, sorprendió a los mismos integrantes de su bancada y desde luego que los azules de Acción Nacional aplaudían el valor moral del diputado Efraín Morales Sánchez.

Ya incluso hubo señalamientos a la directora de normatividad, Blanca Verónica Sánchez García, quien es responsable de que en esa área, hasta a su progenitora, Gloria Sánchez Sánchez, cobra sin trabajar desde hace tres años.

El caso es que mientras el fenómeno de la aviación personal siga dándose en las oficinas gubernamentales, la austeridad republicana solo aplicará a ciertas áreas y la soñada transformación se reduce a un sueño.

O sea ¿Es la misma gata?