La muerte del capibara

El Patinadero

Juan Antonio Montoya Báez

La muerte del capibara

La improvisación, ambición o simplemente la ineptitud provocaron otra muerte más en el zoológico de Tamatán.

Hace apenas unas horas se dio a conocer la defunción de un macho capibara en el zoológico que sería de uno de sus principales atractivos.

Para su llegada se habían hecho diversos planes, como una campaña publicitaria para que los ciudadanos le pusieran un nombre a los animalitos.

Sin embargo, todo se frustró, cuando se buscaba simpatía se encontraron con una situación de muerte por errores de novatos.

El propio titular de la Comisión de Bioparques y Biodiversidad de Tamaulipas, EDUARDO ROCHA OROZCO, al informar de la muerte del nuevo huésped de Tamatán, dijo que el Cabipara no pudo superar las complicaciones derivadas de su traslado e integración al nuevo hábitat.

De acuerdo a reportes internos de los veterinarios del zoológico, el capibara presentó un alto nivel de estrés por el cambio de su entorno, lo que provocó que su organismo sufriera algunas fallas en su sistema nervioso que resultaron fatales a pesar ser monitoreado.

La pareja de capibaras llegó procedentes de Nuevo León, siendo expuestos al público de inmediato, apenas el 26 de diciembre fueron presentados ante los visitantes que acudieron a conocer a los roedores más grandes del mundo.

Las fallas en el manejo de la fauna del zoológico ya había sido detectada por lo que las propias autoridades realizaban algunas reestructuras para hacer mejoras en instalaciones, con enfoque en rescate y rehabilitación de fauna decomisada, liberarían más de 30 animales a su hábitat, e implementan programas educativos y de enriquecimiento para mejorar la calidad de vida de los ejemplares que no pueden ser liberados, todo impulsado por la Comisión de Parques y Biodiversidad de Tamaulipas y el gobierno estatal.

Los capibaras son los roedores más grandes del mundo, semiacuáticos, herbívoros, sociables y nativos de Sudamérica, con características físicas como pelaje áspero y marrón, patas palmeadas para nadar, con ojos, orejas y fosas nasales en la parte superior de la cabeza, permitiéndoles ocultarse en el agua mientras observan su entorno, siendo muy activos al amanecer y atardecer.

Este simpático animal es susceptible a los cambios drásticos de atmosfera y entorno, por lo que su adaptabilidad es considerada complicada.

Los responsables de su bienestar y seguridad de los animalitos sabían de que su adaptabilidad era complicada, pero con todo y ello olvidaron tomar algunas medidas básicas para que pudieran sobrevivir al cambio de entorno.

Por principio de cuentas no se llevó a cabo el protocolo de cuarentena que debe realizarse con cualquier especie nueva, permitiendo, inclusive el contacto con personas ajenas al zoológico.

Fueron una serie de errores los que pudieron provocar la muerte del macho capibara, el mismo que no se puso en cuarentena, al ser expuesto ante el bullicio, su nerviosismo se incrementó con el público, pero también ante los ruidos de diciembre, como el tronar de cohetes en plena navidad.

Más no todo son malas noticias, se anuncia la llegada de otro macho al zoológico, además de que la hembra pudiera estar embarazada, pero por el momento no quieren estresarla, ni fastidiarla para alterar sus nervios y provocar un paro cardiaco que le cueste muy caro.

La muerte del capibara, sin embargo, hace evidente el poco profesionalismo de algunos funcionarios responsable del bienestar de los habitantes de los zoológicos.

La improvisación de funcionarios en la 4T provoca daños diversos a los tamaulipecos, la actual administración estatal está lleno de improvisados e ineptos.

De la muerte del capibara no habrá castigos, en la era de la 4T todo se perdona, la ineptitud, corrupción, venta de plazas y casos de enriquecimiento ilícito no tienen castigo, cero despidos y todo al olvido.

No olviden que la ineptitud es el primer acto de corrupción de un funcionario.

Bueno, por hoy es todo.

Adiós y aguas con los patinazos…

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