Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno

A pocas semanas del proceso de renovación de la dirigencia municipal del PAN no se ha tomado una definición sobre quién debe quedar.

En principio Ileana Medina García había levantado la mano, pidiendo una oportunidad, pero no ha encontrado consenso en el Comité Directivo Estatal, donde aún no le perdonan “pecadillos” de su pasado. No la quieren, pues.

Y la realidad es que Ileana no sobresalió cuando se le dio la oportunidad de estar al frente de Desarrollo Social, se la paso de pleito con algunas regidoras con las que nunca pudo conciliar intereses. Y si no sacó adelante una responsabilidad en la que coordinaba el trabajo social, junto a educación, lo que le permitía placearse por toda la ciudad y lucirse, menos podría hacerlo al frente de un partido, donde el trabajo depende de la buena voluntad entre operadores y militantes. A los subalternos que reciben un sueldo se les puede dar órdenes, a los voluntarios no.

O en todo caso, terminaría siendo una muñeca de aparador, para que otro sea el que realice el trabajo operativo, que cada vez es más amplio.

Ciertamente, después de 6 años y tres administraciones ganadas, el PAN ha crecido de manera acelerada, ahora todo el trabajo es más fácil pero al mismo tiempo más complicado, porque no sucede lo que en el pasado en el que se participaba en las elecciones con ánimo de competir, y cualquier voto adicional a los obtenidos en la última elección, representaba la confirmación de que el partido estaba creciendo, aunque no se ganara en las urnas.

Ahora todo es diferente. El PAN va a la elección con la idea de ganar. No importa que se gane la elección con menos votos que la penúltima elección, mientras se gane.

El PAN no puede improvisar de aquí al 2021. Ciertamente el panorama se le presenta muy positivo, con una oposición desorganizada, fraccionada, y sin recursos económicos.

El PRI cada vez se achica más y Morena es víctima de su propio canibalismo. Las tribus se destrozan entre sí y lo gozan.

Con una oposición así, el único riesgo para el PAN es el propio PAN y es ahí donde debe tener el cuidado de no improvisar liderazgos, no debe arriesgar lo que ya está seguro.

Igual y el PAN opta por confirmar a Ernesto Ferrara. A fin de cuentas le ha tocado dirigir al PAN en dos épocas distintas: cuando eran oposición, y ahora que son gobierno. Sabe cómo se trabaja sin recursos y cómo hacerlo con ellos.

El PAN tiene que analizar muy bien cómo debe organizarse de aquí al 2021, lo que será una antesala del 2022 cuando los tamaulipecos irán a las urnas para escoger al sustituto del Gobernador Francisco Cabeza de Vaca y en el que obviamente el PAN buscará repetir, porque ese proceso le abrirá las puertas a Cabeza para buscar la candidatura presidencial en el 2024. O se las cerrará, todo dependerá de los resultados que se den.

Es cierto que el 2024 se ve lejano, o cercano, todo depende del interés que se tenga, pero Cabeza está en el ánimo panista. De él depende mantener ese ánimo.