La Comuna
La victimización del victimario
José Ángel Solorio Martínez
La clase política de Reynosa, Tamaulipas, sigue en su proceso de autoinmolación; en su irreversible camino de putrefacción. El principal grupo de gobierno de la ciudad -los Makyavélicos, con su comandanta en jefa, Maky Ortiz Domínguez-, está mutilado: se le ha cercenado uno de sus brazos más vigorosos, el alcalde Makyito Peña Ortiz.
A tanto ha llegado la desesperación de la familia Peña Ortiz, que trazaron un plan emergente, un plan B: la candidatura a la alcaldía de la mismísima Maky al ver abortado el proyecto de reelección, del hijazo de su vidaza.
¿Acaso ya está liquidada la carrera de Makyito?
Así parece.
Su ambición sin límites, le hizo lanzarse al vacío: compró un ranchito en 20 millones de pesos, cifra que no ha sido explicada de cómo la obtuvo.
Arguye, que es una herencia.
Argumenta, que sus abuelos y padres siempre han sido millonarios.
Esgrime, que tiene esos millones y más.
Afirma, no tiene nada que ocultar a la ley.
Subraya: hay persecución política en su contra, por parte de Francisco García Cabeza de Vaca.
Como dice el colega Eligio:
¿De ese pelo?
Sí: de ese tamaño, la impunidad y soberbia, con las que actuó el jefe edilicio. Desdeñó los citatorios del juzgador para cumplir con su derecho a hacerse escuchar ante las acusaciones del lángara de la política local, Marcelo Olan Mendoza. No una: varias veces, lo que obligó a los jueces a solicitar el auxilio de la fuerza púbica para dar con su paradero y sentarlo en el banquillo de los acusados.
No se trató, si sus ascendientes, fueron caciques del pueblo; o si a través de las décadas, blanquearon monedas provenientes de la zona roja o de la comercialización de licor procedente de USA en forma irregular; se trató de cumplir con el mandato de la Justicia de aclarar una transacción que pudo tener visos de ilegal.
Sencillo: ¿cómo un rapazuelo de 37, sin oficio ni beneficio, pudo obtener esa millonada y transformarla en miles de hectáreas?
¿Del dinero de güelito?
Pues lo hubiera aclarado.
¿De los dólares de mami?
Coméntalo, al oído al juez.
¿Qué su padre es ricachón?
Infórmalo a las autoridades.
¿Qué resultó un avezado empresario, que se hizo millonario vendiendo gelatinas a las puertas de Wal mart en Mission, Texas?
Compártelo con la autoridad; si a Xóchitl Gálvez, le creyeron, ¿porqué a ti no?
¿Acaso seguiste el ejemplo de Francisco García Cabeza de Vaca, porque te capacitó para transformarte en un exitoso comercializador de chamoyadas hasta acumular ranchos, fincas y mansiones en ambos lados del río Bravo?
Presúmelo, a quienes te quieren entabicar.
Y ya chale con la narrativa de victimización, chafa y gastada, de que eres un perseguido político ¡de Cabeza de Vaca!
¡Estamos hasta la madre, de esa argucia nauseabunda con la cual, los victimarios, intentan en Tamaulipas, transformarse en víctimas!
(Eso dicen, Geño, Yarrington y Cabeza de Vaca).
Sólo por eso -independientemente, de otras causas de orden ético-, mereces que te den una ergástula con cama de piedra.
Sí: de ese pelo.