Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno
Una primera remesa de 975 dosis de vacuna Pfizer contra el Covid 19 llegó esta mañana a la vecina ciudad de Laredo, al hospital Laredo Medical Center y de inmediato se empezó aplicar al personal médico.
Desde que inició la pandemia, en Laredo se han registrado 23,723 contagios, 466 decesos y se han aplicado 154,421 pruebas, nada mal en una ciudad de 280 mil habitantes. Es decir, uno de cada 12 ciudadanos se ha infectado.
Con la vacuna surge la esperanza de que muy pronto se supere la pandemia y podamos regresar a la normalidad, como se ha regresado de otras pandemias registradas en la historia moderna.
Aquí en México tenemos la desgracia de que la pandilla de los López manejó muy torpemente la pandemia, pero a pesar de ellos vamos a salir adelante, de eso no debemos tener duda. Eso sí, cada día aumenta el número de muertos y ya somos tendencia mundial por la alta letalidad que se presenta en el país.
En Rusia o en Cuba, a los López ya los habrían enjuiciado.
En otro tema, lo que es tener corazón, la activista social Katita Ibarra organizó dos rifas gratuitas, en una entregará tres premios en efectivo de 5 mil, 3 mil y mil pesos y en la otra una parrillada para seis personas y un segundo premio de una caja de pollo.
Los boletos los entregó de manera gratuita entre conocidos y amigos, con el objetivo de que los beneficiados tengan una mejor navidad. Los premios los aporta la propia Katita, a la que de ninguna manera le sobra el dinero, pero es generosa y le gusta compartir lo que tiene.
Aunque a Katita se le relaciona con Morena, la realidad es que no anda apoyando a ningún candidato y visita las colonias populares a título personal, con el respaldo de algunos particulares que le hacen donativos en especie para entregarlos a las familias de bajos recursos. No anda en campaña, pues esto que hace lo viene haciendo desde hace muchos años, pero obviamente no falta quien quiera colgársele.
Y es que en campaña a los políticos les brota lo dadivoso, incluso con dinero propio, y si se trata de dinero público, mejor.
¿Quién no ha escuchado esas historias de algún ex alcalde que antes de dejar el poder, entregó donativos de 50 mil pesos a quién cotidianamente se encargaba de limpiarle la oficina? Claro, como es dinero público, no duele el codo.
Y no es que políticos estén obligados a entregar donativos. De ninguna manera. Su obligación es con su familia, que son los que lo ven y lo procuran todos los días. Sin embargo, verlos de pronto entregando despensitas que se consumen en una sentada, provoca suspicacias. Algo quieren, y no precisamente ganar fama de generosos.
Los que reciben y necesitan esta clase de apoyos, adelante. De algo ha de servirles. Eso sí, el donativo recibido no los compromete a votar por tal o cual individuo.