Antirretrovirales autorizados en México permiten que el VIH sea indetectable en 90 por ciento de casos, es decir intransmisible, informó el infectólogo Leonardo De la Torre Carmona.
• En el país, el 50 por ciento de los portadores ignoran que padecen esta enfermedad.
• Toda persona activa sexualmente debería hacerse una prueba de detección al año y sectores con riesgo, las veces que sea necesario, recomendó.

Ciudad de México.- Los esquemas antirretrovirales actuales para el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) aprobados a nivel nacional e internacional logran en los pacientes una tasa de supresión del virus por arriba del 90 por ciento en forma persistente y en la mayoría de casos pueden lograr que sean indetectables en los primero dos meses, informó Leonardo Darío De la Torre Carmona, responsable de la Clínica del VIH y del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) del Hospital Regional “Gral. Ignacio Zaragoza” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

En el marco del Día Mundial del VIH/SIDA 2021, destacó que los pacientes con carga viral indetectable no transmiten el VIH por vía sexual, ni las mujeres embarazadas de manera vertical al feto. Esto ayuda a reducir los contagios, explicó el especialista en medicina interna e infectología de la clínica, la más grande que tiene el ISSSTE en el país y que atiende a mil pacientes en tratamiento, con un promedio de edad entre 30 y 40 años.

Señaló que la vacunación contra influenza estacional y COVID-19 es completamente recomendable y necesaria para las personas que viven con el VIH y el SIDA.

En el ISSSTE seguimos trabajando en la meta de ONUSida para que el 90 por ciento de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico; un porcentaje similar de las personas diagnosticadas reciban terapia antirretrovírica continua y tengan supresión viral.

De la Torre Carmona señaló que a nivel nacional el 50 por ciento de los portadores de VIH ignoran que padecen esta enfermedad y resaltó que es muy importante sensibilizar a la población adulta y sexualmente activa de realizarse por lo menos una vez al año una prueba de detección y participar en campañas públicas de tamizaje con pruebas rápidas, enfocadas a disminuir ese porcentaje, aumentar el diagnóstico temprano e iniciar oportunamente el tratamiento.

Las pruebas de tamizaje deben aplicarse especialmente al equipo de salud con riesgo de exposición laboral, todas las mujeres embarazadas y personas con prácticas de riesgo de contagio para VIH, como quienes tienen contacto sexual sin protección, que usan drogas intravenosas, personas transgénero, hombres que tienen sexo con hombres y personas que ejerzan el comercio sexual o que hacen uso de estos servicios.

Además, dijo, es importante tomar en cuenta otro tipo de poblaciones especiales a las que cuidamos de contagio de VIH, Hepatitis B y Hepatitis C, como son los pacientes con tuberculosis y las personas con insuficiencia renal en terapia de hemodiálisis.

Aunque todos los insumos que se emplean en la hemodiálisis son nuevos y las máquinas sometidas a procesos de desinfección rigurosos, hay una mínima probabilidad de contagio ya que son máquinas de intercambio de sangre, por lo que mantenemos el monitoreo en esta población, explicó el especialista.

Leonardo Darío De la Torre Carmona pronosticó que “el futuro en los tratamientos de VIH y SIDA está en los antirretrovirales inyectables, que ya se aplican en Estados Unidos y Europa y están en proceso de obtener aprobación para su uso generalizado, el beneficio de estos tratamientos es que otorgan control de forma mensual o bimestral lo que vendrá a revolucionar la adherencia a los tratamientos”.

Exhortó a la población en general y a profesionales de la salud involucrados en el tratamiento de pacientes con VIH y SIDA a combatir el estigma social que pretende juzgar a quienes viven con esta enfermedad.

“Por más avances que haya habido en los últimos 20 años todavía nos enfrentamos de manera importante al estigma y a la discriminación hacia los pacientes”, debemos ser más comprensivos, empáticos y humanos y comprender que nadie estamos exentos de contraer esta enfermedad, por lo que conocerla, prevenirla y detectarla a tiempo es la mejor estrategia para controlarla, concluyó.