Los caros guaruras del cabecismo

Eduardo Pacheco
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La Comuna
Por José Ángel Solorio Martínez

Una de las grandes vergüenzas, heredadas por el panismo tamaulipeco desde el Congreso local, es la obligación del gobierno estatal, de cubrir los gastos de un grupo de escoltas que dan seguridad al ex gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, el es secretario general de gobierno, Truco Verástegui Ostos y el ex secretario de seguridad pública Sergio Hernando Chávez García.

Se presume que casa uno, tiene asignado al menos media docena de personal de protección.

El costo: dos millones 200 mil pesos mensuales.

Se infiere, la medida fue tomada debido a los riesgos que puedan enfrentar esos personajes derivado de su actividad pública.

Según el presupuesto desglosado en la Secretaría de Seguridad Pública -de donde salen los recursos humanos y logísticos para los citados ex funcionaros-, los vigilantes están adscritos a esa dependencia.

Obvio: se infiere que también está a cargo de esa institución los vehículos en los que se mueven los protegidos; y de igual forma, se entiende que el mantenimiento de esas camionetas, corre de igual forma a cargo de la SSP.

Como dijo la colega:

¿Cómo la ve, eeeehhhh?

La buena noticia, es que un Juzgado Federal, -con sede en ciudad Victoria- negó el amparo definitivo al excandidato a gobernador, el Truco Verástegui, quien, mediante ese recurso, había impedido el retiro de aquellos beneficios.

El Truco, argumentó ante el Juez, las circunstancias de vulnerabilidad por haber desempeñado un cargo con alta responsabilidad en asuntos de seguridad. Casi el mismo argumento, esgrimido por sus compañeros de partido para darle protección transexenal.

El asunto abre un debate, interesante.

¿Es justo, brindar protección a un ex funcionario, después del término de su función?

No.

No, es justo ni sensato.

El mejor blindaje, de un ex servidor público, es su paso ético en el despliegue de su responsabilidad. ¿A dónde iríamos a parar, si los miles de Jueces, Fiscales, Magistrados y policías que han atrapado y llevado a prisión a todo tipo de delincuentes, pidieran guaruras?

Sería insensato, porque ¿qué presupuesto alcanzaría para ello?

¿Es equitativo, desviar recursos del ramo de seguridad pública, para asuntos privados?

No.

No es equitativo.

La inerme sociedad tamaulipeca, tiene más de una década de sufrir la más despiadada inseguridad y sus fatales y amargas consecuencias.

¿Aporta algo a la sociedad, los guardaespaldas que cuidan a los ex funcionarios?

Nada.

A nada contribuyen, socialmente.

Desde que a alguien se le ocurrió proporcionar esas ayudantías, terminaron siendo servidumbre de la familia que protegían. Enrique Cárdenas González, tuvo por décadas, una cuadrilla de rurales; éstos, se dedicaban a labores domésticas, como jardinería, hacer mandados o al transporte de tortillas y machacado.

El mundo no ha cambiado mucho, desde entonces.

El Congreso, debería terminar con esa casta divina; e incorporar, a ese personal, a labores de seguridad pública. Aparte: con dos millones 200 mil pesos, fácil, se rehabilitan tres escuelas del IV Distrito, cada mes.

Cabeza de Vaca, ni lo va a sentir: a él lo protegen sus compatriotas.

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