Los duros de la izquierda
-Eran adelantados a su tiempo
-Promovieron reformas liberales
-Como el voto a la mujer y la jornada laboral de ocho horas
-Fueron anticatólicos y combatieron a la iglesia
Raúl Hernández Moreno
A Salvador Alvarado, Felipe Carrillo Puerto, Francisco J. Múgica, Tomás Garrido Canabal y Adalberto Tejeda, los identifica que fueron de izquierda, radicales, progresistas, humanistas, anticatólicos, adelantados a su tiempo. Los cinco desarrollaron sus carreras políticas entre 1915 y fines de 1940.
Francisco J. Múgica fue gobernador de Tabasco, Michoacán y Baja California Sur, cuando era territorio. Además, fue diputado constituyente en 1917 y fue uno de los promotores que hicieron realidad una Constitución liberal.
Impulsó y consiguió la educación laica, la jornada laboral de ocho horas, fortaleció el derecho de huelga, promovió el artículo 27 que establece la propiedad de la nación de tierras y aguas.
En 1939 era el candidato ideal para suceder al general Lázaro Cárdenas, pero éste lo hizo a un lado, convencido de que era mucho más radical que él y eso ahondaría las diferencias de un país dividido. En su lugar prefirió al general Manuel Ávila Camacho, que tan pronto ganó las elecciones, se declaró “creyente”, lo que contribuyó a acabar con la pugna entre el Estado y la iglesia católica, que ya llevaba dos décadas.
Múgica no era creyente religioso. Cuando en septiembre de 1915 llegó a Villahermosa, en calidad de gobernador constitucional, impuesto por Venustiano Carranza, lo primero que hizo fue ocupar y convertir en cuartel militar la catedral de Esquipulas, se destruyó el altar mayor, se quemaron algunas imágenes religiosas y autorizó el saqueo de ornamentos y vasos religiosos.
En 1916 le cambio el nombre a la capital del estado de San Juan Bautista a Villahermosa, para que no tuviera una connotación religiosa. Promovió la construcción de escuelas y la educación laica.
De septiembre de 1920 a marzo de 1922, Múgica fue gobernador de Michoacán, donde llevó a cabo una política de anticlericalismo abierta y emprendió un programa radical en materia educativa, agraria y laboral. Desde su llegada al poder mantuvo enfrentamientos directos con el clero, que no le perdonaba ser el autor de la redacción final de los artículos 3, 24, 27 y 130 que limitaron la participación de la iglesia en la sociedad.
El 12 de octubre de 1920, la iglesia convocó a una marcha en Morelia en la que participaron más de 4 000 personas, para manifestar su rechazo a otras iglesias como la presbiteriana y protestantismo. Múgica pretendió detener la marcha, con el argumento de que se trataba de un acto de culto público.
El 8 de mayo, en Morelia hubo una marcha de socialistas contra la religión y la iglesia y un grupo de ellos subió a las torres de la catedral para instalar una bandera roja y negra, y tocar las campanas. Poco después el obrero católico Joaquín Cornejo subió a retirar la bandera y la quemó. Por la tarde, una docena de socialistas se presentaron en la catedral, encararon al sacristán, al que culparon de haber retirado la bandera y lo golpearon y luego acuchillaron un cuadro de la Virgen de Guadalupe.
Tres días después, un grupo de mujeres católicas organizaron una marcha de desagravio por lo de la bandera rojinegra y al llegar frente a la Catedral fueron detenidas por la policía, acusadas de usar un estandarte religioso. Al día siguiente, más de 7 000 personas participaron en una marcha de protesta que desembocó en un enfrentamiento con las autoridades policiales y hubo 10 católicos muertos.
En mayo de 1921, ordenó el cierre del Colegio Teresiano de Morelia, donde estudiaban unas 400 niñas.
Mientras Múgica gobierna Tabasco, entre 1915 y 1916, en Yucatán lo hace Salvador Alvarado, que promovió la educación laica y la jornada laboral de ocho horas. En 1916 organizó el primer congreso feminista de México y luchó por garantizar el derecho a la educación de las mujeres.
Para que los obreros mejorarán sus condiciones de vida, organizó cooperativas, en las que los trabajadores producen y comercializan sus productos, siempre de la mano del gobierno. Alvarado gobernó la entidad de 1915 a 1917.
También decretó un estado seco, libre de alcohol, para combatir el alcoholismo de los indígenas. Yucatán fue el primer estado de la república en establecer una medida de ese tipo.
El 24 de septiembre de 1915, un grupo de obreros profana la catedral de Mérida. Se quema la imagen del Señor de las Ampollas, retablos y otras imágenes. Hay saqueo de los objetos de valor.
La iglesia de Jesús María, en Mérida, es incautada y convertida en templo masónico. El Palacio Episcopal, donde vivía el obispo Enrique Guerra y Alba, es incautado y las capillas virreinales de San José y del Rosario, que estaban unidas a la catedral, son derribadas para abrir una calle, a la que se impone el nombre de “Pasaje de la Revolución”.
Cuando dejó la gubernatura en caja deja cinco millones de pesos, algo insólito que muy pocas veces se ha visto en México, en otros estados y en todas las épocas. Lo normal es gastarse el presupuesto, no dejar nada.
En 1922, la gubernatura de Yucatán la ocupó otro duro entre los duros: Felipe Carrillo Puerto, que dió continuidad a las políticas promovidas por Alvarado, en especial los derechos de las mujeres. Gobernó desde agosto de 1922 a enero de 1924. Lo hizo con intensidad.
Cuando rindió protesta como gobernador su discurso lo realizó en lengua maya y durante su corta gestión se ocupará de proteger a los mayas.
En su primer año de gobierno abrió 417 escuelas, fundó la Universidad Nacional del Noreste, hoy Universidad Autónoma de Yucatán. Durante su gestión se aprobó una ley de revocación de mandato de los funcionarios de elección.
En 1922, su hermana Elvia Carrillo promovió el voto de las mujeres, consiguió cientos de firmas, enviaron una propuesta al Congreso local, pero la iniciativa fue congelada.
Elvia no se dio por vencida y consiguió que el gobernador autorizara recibir una terna para elegir a una regidora en el ayuntamiento en Mérida y se escogió a Rosa Torre. Al año siguiente Beatriz Peniche, Raquel Dzib y la propia Elvia Carrillo, participan como candidatas a diputadas locales y ganan, en una época, en que las mujeres no tenían derecho al voto, menos a ser candidatas.
Carrillo Puerto permite la participación política de la mujer, sin reformar la Constitución local, consciente de que encontraría oposición a nivel nacional. Durante el Constituyente de 1917, la medida se rechazo con el argumento de que la mujer no era apta para decidir su voto.
También promovió la idea de que el matrimonio es un contrato social disoluble entre un hombre y una mujer y cualquiera de los dos estaba en su derecho de disolverlo, si esa era su decisión.
Con la revuelta delahuertista, Carrillo Puerto y Salvador Alvarado terminaron asesinados.
En 1919, por primera vez en su vida, Tomás Garrido Canabal es designado gobernador sustituto de Tabasco y desde ese momento se convierte en dictador de un estado aislado, al cual sólo se podía llegar por agua, desde Veracruz.
Dominó la política tabasqueña durante 15 años y lo hizo con mano de hierro, respaldado por los sonoreneses Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, que siempre estuvieron detrás de él.
Desterró al obispo Pascual Diaz y Barreto, ordenó demoler decenas de iglesias y las convirtió en escuelas racionalistas, entre ellas la catedral. Estableció el estado seco, organizó a los trabajadores en cooperativas y en 1925 decretó el derecho de la mujer a votar y ser votado, cuando no estaba permitido en el resto del país.
Impulsó la construcción de escuelas rurales en las que se combinan clases teóricas con actividades prácticas como cosechar huertos, el cuidado de animales. Además, estableció los desayunos escolares y los niños reciben un cuarto de leche y un plátano. Si un niño no va a la escuela, el padre es cintareado para “educarlo”.
Organizó a los obreros en cooperativas, prohibió que los estudiantes pidieran dinero en las calles para ir a eventos deportivos y el propio estado les daba lo que se necesitaran, estableció el estado seco, prohibió el trabajo de menores de edad.
Contra la iglesia es implacable. Está decidido a destruirla y lo consigue durante 15 años. Durante su gobierno se autoriza un decreto que establece que para ejercer como sacerdote se necesita ser casado. Ante la imposibilidad de acatar esa regla, los curas optan por irse del estado.
Garrido ejerce un poder absoluto. Cuando recibe un alud de quejas en contra del inglés Rothschild, que, a nombre de las empresas petroleras obliga a los campesinos a vender las tierras en donde se cree que hay petróleo, ordena su detención y lo expulsa del país, obligándolo a caminar desde Villahermosa hasta la frontera con Guatemala. Les advierte a sus captores que no deben permitirle descansar y que si lo hace deben cintarearlo y lo hacen en dos ocasiones.
A un juez federal que otorga un amparo a un adversario político, ordena su secuestro, se le mantiene aislado algunas horas y cuando es liberado, el funcionario va a su casa, hace maletas y abandona el estado.
En 1934, Lázaro Cárdenas realizó una gira por Tabasco, promoviendo su candidatura presidencial y durante varias horas más de 45 mil tabasqueños, trasladados de todo el estado, que entonces tenía menos de 250 mil habitantes, desfilan en honor del general michoacano.
Cárdenas queda maravillado, llama a Tabasco, “el laboratorio de la revolución mexicana” y cuando acude a la casilla electoral a emitir su voto, no duda en anotar en la boleta el nombre de por quién vota: “Tomás Garrido Canabal”.
Al ganar la elección presidencial, Cárdenas lo nombra secretario de Agricultura y Fomento, lo que hizo pensar que sería su sucesor en 1940, pero luego vino el encontronazo entre Cárdenas y Plutarco Elías Calles, Garrido se alineó con esté y en 1936 fue desterrado, a Costa Rica.
Ha Garrido sus opositores lo califican de marxista, pero él ni era afecto a la lectura ni sabía de Carlos Marx, ese bribón al que tres hijos se le murieron de hambre y a otro le negó el apellido.
Adalberto Tejeda fue gobernador de Veracruz en dos ocasiones constitucionales. Primero de 1920 a 1924 y luego de 1928 a 1932. Junto con Tomás Garrido son los dos personajes que se benefician de la reforma constitucional que promovió y logró Álvaro Obregón para autorizar la reelección.
De 1925 a 1928, es secretario de gobernación y desde esa posición atiza el fuego para mantener vivo el conflicto entre el estado mexicano y la iglesia católica.
Cuando estalla la guerra cristera, en junio de 1926, es un convencido de que el estado mexicano someterá por la fuerza a los católicos. En su calidad de titular de gobernación se encargará de mandar detener y expulsar del país a los curas extranjeros, ordena el cierre de conventos, de escuelas y hospitales operados por la iglesia.
En cada encuentro con los obispos, los responsabiliza de la guerra y se da gusto de ordenar que sean trasladados a la frontera para su expulsión del país.
Calles encontró en Tejeda a un escudero fiel, dispuesto a cumplir las leyes, a sangre y fuego, para doblegar a la iglesia.
Cuando deja de ser secretario y se consigue poner fin a la guerra civil – que dejó entre 15 mil a 30 mil muertos entre los cristeros, 60 mil soldados, más de 140 mil civiles y 250 mil emigraron a los Estados Unidos – se le atribuye haber enviado un telegrama al presidente Emilio Portes Gil, llamándolo “cobarde y traidor”. Es una versión de la que no existen documentos, pero que nos da una idea de lo radical que lo veían sus adversarios.
En sus dos periodos como gobernador le dio gran impulso al campo y apoyo la creación de la Liga de Comunidades Agrarias, protegiendo a los campesinos de los terratenientes.
También se autorizó durante su gobierno la Ley de Reparto de Utilidades para los trabajadores, impulsó la construcción de escuelas, sobre todo rurales, y promovió la educación socialista para combatir el oscurantismo, la que se convirtió en norma constitucional en 1934.
En 1931, como gobernador de Veracruz, firmó un decreto en el que limitó el ejercicio sacerdotal a uno por cada 100 mil habitantes, lo que equivalía a 13 curas en un estado con 300 iglesias.
La iglesia protesta, el obispo Rafael Guízar y Valencia mantiene un enfrentamiento epistolar con el mandatario y surge lo inevitable: estalla la violencia.
El 25 de julio, Tejeda salía de su oficina, a las tres de la tarde, acompañado de varios funcionarios, cuando de pronto un joven ex seminarista avanzó hacía él, blandiendo un arma, y le empezó a disparar. La primera bala le destrozó el lóbulo de la oreja izquierda. El gobernador sacó su propia pistola y le disparo a su agresor, lo mismo hicieron sus acompañantes. El atacante cayó herido, de cuatro balazos. De ahí lo recogió una ambulancia y murió en un quirófano, 36 horas después.
La respuesta de los adictos al gobernador se dio ese mismo día, al ser incendiado el altar mayor de la Catedral, situada frente a Palacio Municipal. Al día siguiente, seis hombres vestidos con gabardinas militares y armados, penetraron en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, donde un grupo de curas impartían el catequismo a unos 800 niños. Los pistoleros accionaron sus armas, mataron al cura Ángel Darío Acosta e hirieron al padre Landa y causaron terror entre los infantes.
En 1934 se lanzó como candidato presidencial, respaldado por el Partido Socialista de las Izquierdas, siendo derrotado por Lázaro Cárdenas.
