Los primeros 100 días de la IV T

Eduardo Pacheco
4 Min Read

La Comuna
Por José Ángel Solorio Martínez

El fantasma del cabecismo –sexenio gubernamental, encabezado por Francisco García Cabeza de Vaca– sigue presente en la estructura gubernamental de la IV T en Tamaulipas. Su presencia en relevantes áreas de la administración pública –Fiscalías y en buena parte de la estructura de mandos medios de la burocracia– se nota para mal y en perjuicio de la ciudadanía.

No sólo se encarnó en cuadros del gobierno estatal.

Impactó en los planes de la IV T, al debilitar el presupuesto estatal y heredar en girones, todos los bienes públicos.

A 100 días de ejercicio acción del gobernador Américo Villarreal Anaya, –lapso emblemático de muchas administraciones municipales y estatales, para exhibir sus ganas de trabajar– el estado se ve desierto en cuanto a obras y proyectos de beneficio colectivo.

La Secretaría de Obras Públicas, está desaparecida junto a su titular.

La Secretaría de Salud, se percibe inexistente en medio de una terrible pandemia de males respiratorios.

La Secretaría de Bienestar, y su anodina responsable, se cuelga de los programas de AMLO para decir que impulsa programas sociales con el sello americanista.

La Secretaría de Seguridad Pública, no opera como los ciudadanos esperaban. El jefe para la atención de uno de los problemas más agobiantes de los tamaulipecos, es un individuo que desconoce la entidad e ignora el entramado que tiene la obligación de combatir y desmantelar.

Y así, todas las instituciones y sus gerentes, que se esperaba llegaran trabajando con muchas ganas para dar lustre a un Ejecutivo estatal del cual se esperaba más de lo que está dando a los ciudadanos que lo llevaron al poder.

¿Algo para presumir en estos primeros días de AVA?

Malo el asunto: nada de que enorgullecerse.

¿Alguna señal de que el gabinetazo americanista, actúa con eficacia y eficiencia?

Peor el caso: ni un maldito guiño, de los secretarios de AVA.

El área más activa –aunque sin resultados plausibles– es la Dirección jurídica del gobierno estatal. Atanasia Contreras, ha estado en primera fila del protagonismo con el gobernador. Anuncia reiteradamente, acciones contra servidores públicos que se excedieron en sus atribuciones y se llevaron dinero que no era de ellos; sólo que no ha mostrado resultado de sus denuncias. Es decir: pretende morder a los emisarios del pasado, con su tragicómica sonrisa chimuela.

Otro segmento del cuerpo de gobierno de Villarreal Anaya, es su ministro sin cartera: Fernando Arizpe García. En estos tres meses y diez días, este sujeto ha generado más problemas que soluciones a una IV T que hace esfuerzos desesperados para posicionarse en la región.

Primero, empinó el carretón en la elección del dirigente de la Sección XXX del SNTE. Presumió poder llevar a ese cargo a Abelardo Ibarra; trabajó con métodos legítimos y no legítimos, para hacerlo dirigente de los profesores.

No pudo.

Lo más que logró, fue la división del gremio magisterial y el alejamiento del triunfador de esa justa –Arnulfo Rodríguez Treviño– del gobernador Villarreal Anaya.

En lo recientes días, se involucra a Arizpe García con los hechos violentos que se desplegaron en la Facultad de Veterinaria de la UAT. Presumiendo la consanguineidad con el Ejecutivo estatal, anhela regresar a esa escuela –en donde fue factor de poder hace décadas– como primer paso para –asegura él– llegar a la rectoría.

100 días para el olvido.

100 días, muy semejantes a los seis años de Cabeza de Vaca.

¿Vendrán las diferencias?

Ojalá.

Las estamos esperando.

TAGGED:
Share This Article