MAMA ENFERMERA.

Eduardo Pacheco
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MAMA ENFERMERA.

ANECDOTARIO.

POR JAVIER ROSALES ORTIZ.

 

 

Mencionar solo el nombre de esa  profesión merece loas, porque el sacrificio, la paciencia, la entrega y el cariño hacia una persona ajena no tiene precio y el color blanco de su uniforme, lo dice todo.

Y quien mejor que yo para hablar de lo que hace una enfermara si soy un descendiente, yo, que fui testigo de miles de cosas que rodean la vida de una mujer que se daba tiempo para todo, sumamente productiva y , además, cariñosa y atenta, que era lo que admiraban quienes tuvieron la suerte de  cruzarse en su camino.

Desde joven ser enfermera era lo suyo y se le notaba, porque empezó a practicar esa labor con médicos particulares de Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas, quienes le dieron chance de conocer de primera mano lo que es luchar por la vida de un ser humano y de vivir jornadas agotadoras que la postraban en cama para dormir y reponer el vigor para el día siguiente.

Y paso el tiempo y ella no declinaba, por lo que un año entero fungió como voluntaria en el turno nocturno en dispensarios de la Colonia Mainero, pero no todo quedo así, porque ingreso a la Facultad de Enfermería de la UAT en esta ciudad, donde termino bien la carrera.

Digno es, mencionar, que allá por los años 80 ella fue la estudiante de mayor edad -50 años- que concluyo sus estudios en ese lugar y deben de existir por ahí fotografías en que las que luce acompañada por las  enfermeras recibidas de su generación, que algunas veces vi.

Y si, fue un ejemplo para nosotros, sus hijos, y su nieto, porque Alejandro es odontólogo, Maria Teresa, se desarrolló en el área administrativa del IMSS local, y Said Iván, es médico, lo que significa que ella dejo huella.

Ahora que ya no está entre nosotros muchos la recuerdan cuando hizo su servicio social porque fue una compañera leal, solidaria y muy participativa en actividades sindicales, porque lo suyo era la enfermería y la grilla de la buena.

Voz fuerte, tenía, y de su carácter no se diga, pero se doblaba cuando atendía en la camilla a un paciente lastimado que luego tuvo que cubrir con una sabana blanca cuando se despidió de la vida.

Ella, cuando llegaba a casa, nada de eso nos contaba, pero en su carita se notaba que algo malo había pasado en el hospital, que ya no tenía remedio.

Su vida era en la noche en el hospital y en el día en la escuela de la UAT     , de la cual hablaba, eso sí, maravillas, porque la convivencia estudiantil la saboreaba al máximo, sin importar que fuera la más veterana en aquel entonces.

Su nombre era EULOGIA ORTIZ, y viene esto porque está en puerta la celebración del Congreso Internacional de Enfermería organizado por la facultad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, que comprenderá talleres, conferencias y ponencias que estarán a cargo de destacados ponentes de universidades de México y del extranjero.

Los temas, según lo que informa la Universidad Autónoma de Tamaulipas, que está a cargo de Dámaso Anaya Alvarado, son la investigación, la promoción y el cuidado de la salud, y el congreso tendrá lugar del 4 al 6 de Noviembre en la facultad de Nuevo Laredo, por la celebración del sexagésimo aniversario de su fundación.

Mamá ya tuvo lo suyo. Lo vivió, lo gozó, se deleitó y es bueno que este tipo de congresos enriquezca el crecimiento en el cuidado de la salud, que para ella fue muy importante.

Y sé, que desde donde estés,  te vas a reír.

Porque salir en los medios, eso si, no era lo tuyo.

 

Correo electrónico; tecnico.lobo1@gmail.com

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