DE PRIMERA …… LA DAMA DE LA NOTICIA
POR ARABELA GARCIA …..
Manuel Muñoz Cano y su “problemita” con las mujeres
“Hablen, muchachitos… pero con respeto: el manual que Manuel olvidó leer”
El tráfico de huachicol y los suicidios misteriosos
“Se suicidan solitos, cómo no: huachicol, muertos y ninguna autoridad culpable (¡otra vez!)”
Salida “premiada” de Vicente Joel Hernández de la Secretaría de Salud
“Fracasa en Salud, pero asciende en IMSS-Bienestar… aquí sí se premia el caos”
Y le fue en feria a Manuel Muñoz Cano por no saber cómo dirigirse a las mujeres. Ah, pero eso sí, ahora a hablar, muchachitos… El exdirigente del Verde comprobó que en política lo único que no se puede ocultar es el desprecio con el que algunos miran —y tratan— a las mujeres. Lo demás, los brincos de partido, las traiciones y los pactos en lo oscurito… eso sí se puede maquillar.
Y hablando de brincos: sí, apoyo a la diputada Katalina Méndez, pero tampoco vamos a hacernos los tontos. Fue electa por el Verde y brincó a Morena, y aunque el voto ciudadano la llevó al Congreso, la realidad es que la mayoría de los electores ni se enteran cómo se cocinan esos arreglos. Spoiler: ya era morenista desde antes, solo que el disfraz le quedó cómodo para ganar. Y como ella, docenas y la pedrada no es para la diputada Katalyna sino para Maki Ortiz, entre otros que tenemos muchos aca por Matamoros.
Porque en este país, cambiarse de partido es como cambiarse de calcetines. Y no, no hablo de la pluralidad democrática; hablo del cinismo puro. Hoy con el Verde, mañana con Morena, pasado con el PAN si conviene, y así. La lealtad es para los ingenuos.
Huachicol, suicidios y silencio oficial
Mientras tanto, el tráfico de huachicol sigue dejando algo más que ganancias: deja muertos. Suicidios, dicen. Pero este tema no es nuevo. Lleva al menos tres décadas en el subterráneo nacional y siempre hay alguien que mueve la mano, pero nunca una autoridad responsable. Qué conveniente.
Y claro, cuando hay testigos que podrían hablar… mejor que no hablen. ¿Verdad? Porque lo que no se dice, no existe. Y si alguien se atreve a denunciar, no falta quien lo “desaparezca”. ¿Estamos seguros de que esto es una democracia o una franquicia del crimen con presupuesto público?
Este patrón se repite. No es exclusivo de esta o aquella administración. En los últimos 30 años hemos visto cómo testigos y cómplices “incómodos” simplemente dejan de ser un problema. Y nadie rinde cuentas. ¿Quién los manda? ¿Quién los protege? ¿Quién se beneficia? Silencio.
La salud en ruinas… y con premio
Y en el otro extremo de la vergüenza institucional está el secretario de Salud, Vicente Joel Hernández Navarro. Luego de una gestión plagada de señalamientos —desabasto de
medicamentos, falta de personal, crisis laborales y protestas—, no se va por la puerta de atrás. ¡Se va premiado! No a su casa, no a rendir cuentas… no: se va a coordinar IMSS-Bienestar en Tamaulipas. Bonito incentivo para el fracaso.
Este sería el cuarto cambio en menos de dos años dentro del programa. En menos tiempo del que se tarda en surtir una receta en un hospital público, ya hemos visto desfilar a cuatro coordinadores. Y con eso quieren “transformar” el sistema de salud. ¿De verdad?
La segunda etapa de basificación sigue atorada. Hay 602 plazas que, según la burocracia celestial, se entregarían entre diciembre de 2025 y principios de 2026. Si es que no vuelven a cambiar al coordinador para entonces. Porque claro, el caos se recicla, no se resuelve.
La política como tragicomedia
Y mientras tanto, el Verde “rompe” con Morena, pero solo de dientes para afuera. En público se pelean y en lo privado se reparten las candidaturas. La ciudadanía ya no les cree nada, pero tampoco tiene muchas opciones. Porque la oposición no opone, los partidos se reciclan entre ellos, y las propuestas… bien, gracias.
La verdad es que la política se ha convertido en una tragicomedia donde el único que no se divierte es el ciudadano. Ese que trabaja 10 horas al día, que se parte el lomo para sostener a su familia, que no tiene tiempo para entender cómo lo están robando… pero no porque no le importe, sino porque el sistema lo ha hecho sobreviviente, no participante.
Y cuando lleguen las campañas, otra vez vendrán a pedir el voto, con la cara lavada, promesas recicladas y un cinismo a prueba de balas. Y luego se preguntan por qué la gente ya no cree en nada.
SUGERENCIAS Y COMENTARIOS arabelagarcia01@hotmail.com