Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno

Ayer comentábamos sobre la intromisión del Presidente Andrés Manuel López Obrador -al estilo PRI y PAN- en los asuntos de Morena, al proponer que al próximo dirigente nacional sea elegido mediante una encuesta y el partido le dijo al mandatario que no.

La Comisión de Honestidad y Justicia, a solicitud de Bertha Lujan, presidenta del Consejo Político Nacional, quien consultó si era válida la elección por encuesta, respondió que no.

Y no lo es, porque no está contemplado en los estatutos del partido que en el artículo 44 permiten elegir candidatos a cargos de elección mediante encuesta, pero no incluye a los dirigentes.

Héctor Díaz-Polanco, integrante de la Comisión de Honestidad y Justicia, dice que podría elegirse al dirigente nacional mediante una encuesta, pero siempre y cuando los aspirantes firmen un documento en donde se comprometan a respetar los resultados y a no recurrir al Tribunal Federal Electoral para inconformarse. El mismo acuerdo aplicaría para todos los militantes, porque basta con que cualquiera de ellos se inconforme para que el TRIFE invalide la elección.

Y es que desde 2014 existe una Ley de Partidos Políticos que regula a los institutos políticos. Estos tienen documentos básicos que deben acatar y si no lo hacen ahí está el TRIFE para intervenir y sancionar.

El método de encuesta favorecía a Yeidnckol Polevnsky que quiere reelegirse al frente de Morena y se sabe protegida por el Presidente López Obrador, aunque sea repudiada por un amplio sector del morenismo. Una encuesta la favorecería ampliamente, porque no se levantaría en el territorio, se redactaría en un escritorio. Así han sido las encuestas de Morena, el partido no quiere democratizarse y no quiere invertir en una encuesta profesional en la que los resultados serían inciertos.

Al descartarse el método de encuesta, ahora la elección será con el voto de los militantes y delegados, en los tres niveles del partido, municipal, estatal y nacional.

Qué bueno que Morena no se sometió al capricho del Presidente. Tiene que haber una relación cercana y de respeto, entre la presidencia y el partido, pero no de sometimiento. El Presidente a lo suyo y Morena igual.

Aquí en Nuevo Laredo el ex candidato a diputado local, Oscar Alarcón Cantú es impulsado por militantes para que sea dirigente municipal o incluso estatal. Es consejero estatal.

Alarcón participa en Morena desde mucho antes que fuera partido, cuando surgió en el 2010 en calidad de movimiento y en el 2014 obtuvo su registro oficial. Es fundador, pues, una exigencia de muchos militantes que se duelen de la intromisión de canturosistas y panistas, a los que se les abrieron las puertas de Morena y de pronto se sintieron dueños del partido, de las siglas, de los colores, de AMLO, de la ideología morenista, si es que esta existe como tal.

No se ha definido quienes buscarán la dirigencia municipal, además de Oscar Alarcón, pero seguramente el canturosismo buscará apoderarse del partido. Lo necesita para enfrentar a sus adversarios, sobre todo el gobierno estatal.