Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno

El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca tomó el toro por los cuernos y de manera directa le pidió al gobierno federal no desestabilizar la tranquilidad laboral de Tamaulipas.

En un evento en Reynosa, dijo que desde hace 30 años no había problemas laborales en Tamaulipas, no cree en las casualidades y pidió al gobierno federal asumir su responsabilidad laboral, pues no quiso entrarle a los conflictos generados en Matamoros, en la industria automotriz y la embotelladora, que entran en el ámbito federal.

Cabeza de Vaca alertó que los conflictos laborales en Matamoros están afectando la imagen de esa ciudad ante los inversionistas y puede ahuyentarlos, si no se terminan.

Sería lamentable que lo que pasa en Matamoros se replique en otras ciudades, incluso fuera de Tamaulipas. La situación económica del país no está en jauja, como para que cierren empresas por no generarse las condiciones necesarias para su permanencia. Vivimos tiempos complicados, no hay confianza hacía el gobierno federal entre los inversionistas nacionales y menos los extranjeros.

Y el gobierno no tiene capacidad para generar millones de empleos permanentes, Y menos capaz será, si los capitales se retiran. El capital es necesario, en México, en Rusia, Corea del Norte o China. El capital carece de ideologías. Lo que quiere es la certeza de que la economía es estable y que cada peso invertido se va a recuperar a mediano o largo plazo. Nadie quiere invertir y perder. Todos buscan ganancias, y es lo natural.

Hay que conservar las empresas actuales, grandes y chicas, y aún generar otras nuevas, para captar a los jóvenes que diariamente se integran a la comunidad económicamente activa. Las economías estatizadoras no funcionan.

En otro tema, la regidora Adriana Contreras tuvo el detalle de repartir cup cake entre reporteros y visitantes a la presidencia municipal, con motivo del Día de San Valentín. Se agradece la atención.

Por cierto que una de las regidoras más amables y atentas es Blanca Padilla. Siempre saluda con mucha cortesía, incluso de mano y beso, aún sin conocer. Es una sencillez que poco se ve entre servidores públicos. No es raro que se acerque a grupos de personas para preguntar qué se les ofrece, dispuesta a auxiliarlos. Qué bueno que existan servidores como la regidora Padilla. Ojala esta actitud se replicara.

Por otra parte, convivimos con Bruno Alvarez Valdes, nos dio gusto saludarlo y ver que con todo y sus problemas de salud, trae mucho ánimo.

Juntos, acompañados del colega Pedro Edmundo Zapata, recordamos su participación política en el PARM, tanto en Nuevo Laredo como en su posterior inserción en Ciudad Victoria.

Era una época en que ser opositor era muy diferente a la actualidad, en que se confunde el rol de unos y otros. En ese entonces había que echarle sesos y valor. Y el profesor Bruno le echó sesos y valor.

En fin.