Ni me meto ni me preocupan las diferencias entre la gobernadora de Campeche, Layda Sansores y el senador Ricardo Monreal, sostuvo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador al declinar hacer un nuevo llamado a sus dos compañeros de partido para terminar con las confrontaciones de las últimas semanas que llevaron al ex gobernador de Zacatecas a obtener una suspensión definitiva para impedir que se difundan conversacional ilegales en poder de la gobernadora.
El presidente consideró que el nivel de politización del pueblo en el país es bastante alto y los dirigentes de un movimiento deben saber que los protagonistas no son ellos, sino la ciudadanía.
“No me meto en eso y tampoco me preocupa, porque ya hay un pueblo muy politizado y muy unido, a veces los dirigentes no quieren aceptar esa nueva realidad, ya no son tan importantes los dirigentes, no somos tan importantes, el papel protagónico en estos tiempos de transformación lo tiene el pueblo”, comentó el presidente desde su conferencia en Palacio Nacional.
Aun cuando aseveró que los medios de comunicación podrían ejercer algún tipo de manipulación, López Obrador dijo que poco a poco las personas toman conciencia de lo que verdaderamente sucede en el país, por lo que insistió en que ese tipo de enfrentamientos no le hacen daño a su movimiento de transformación.
No obstante, recalcó que los dirigentes políticos deben tener claro que tienen que actuar con responsabilidad y de acuerdo a principios y valores; además de tenerle respeto y amor al pueblo “para no levitar”.
“No va a fragmentar a Morena (este conflicto entre Layda y Monreal) la fuerza de nuestro movimiento no está en ningún líder, por importante que sean, que se lo aprendan para que no vayan a levitar y se sientan como antes: ahí vienen las masas, ahí viene el pueblo detrás de nosotros.
“No va a ir nadie detrás de ellos si no actúan de manera consecuente, si no le tienen amor al pueblo que no estén esperando que el pueblo les va a apoyar” remarcó el presidente.