Noroña, el político más odiado

Eduardo Pacheco
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Noroña, el político más odiado

 

-Encuesta de ADN

-4T desmentirá las acusaciones de Ovidio

-Trabajó 22 años y le ofrecen una baba

 

 

 

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Raúl Hernández Moreno

 

El canal de noticias ADN 40, realizó en su página digital una encuesta para establecer quién es el político más odiado y ganó el senador Gerardo Fernández Noroña, en una proporción de 2 a 1, sobre su más cercano competidor, el doctor muerte, Hugo López-Gatell.

Fue, ciertamente, una encuesta con escasa participación, pero sin duda es un reflejo de la realidad actual. En el último año, Noroña se convirtió en un personaje ruin y miserable, pero, sobre todo, exageradamente lambiscón ante los dueños del poder, especialmente la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

Noroña lo mismo niega las desapariciones, defiende su vida de privilegios y llora cuando la oposición lo agrede y lo difama, deporte que él practica contra los adversarios desde siempre. Se lleva, pero no se aguanta.

Obviamente, López-Gatell es peor, porque su fallida estrategia para combatir el Covid dejó más de 800 mil muertos y Noroña se dedica a insultar, pero no ha provocado la muerte de nadie, al menos que alguien se haya muerto de risa con sus ridiculeces y no lo sepamos.

En otro tema, ahora que el narcotraficante Ovidio Guzmán El Ratón, se convirtió en testigo protegido de los Estados Unidos, hay quienes están convencidos de que ante las autoridades dará nombres, con pelos y señales, de políticos, empresarios, cantantes y deportistas mexicanos involucrados en el crimen organizado.

Si lo hace, será para consumo interno del gobierno estadounidense. No serán declaraciones públicas. Lo mismo se dijo con el Chapo Guzmán, con García Luna, con El Mayo Zambada y no pasó nada.

Además, lo que diga e involucre a gente del gobierno mexicano y Morena, será desmentido por la 4T, con el argumento de que se trata de un narco y no tiene credibilidad.

Así es la 4T: si un narco hace señalamientos contra gobiernos del PAN o el PRI, es porque conoce las entrañas del crimen organizado desde adentro, pero sí involucra a AMLO u otros morenistas, no se le debe creer porque es un delincuente.

En otro tema, el camarógrafo Serafín Acuña sigue esperando justicia y que el canal 17 de televisión, le pague una indemnización si no justa, si conforme a derecho.

Serafín trabajó 22 años para la televisora. Fue contratado como camarógrafo, pero a falta de personal, tuvo que cubrir ausencias e hizo de editor, productor y hasta de limpieza.

A cambio de una vida de trabajo, la empresa le ofreció pagarle 40 mil pesos, menos de dos mil por año trabajado, no aceptó y se fue a los tribunales laborales, en espera de que la autoridad dicte un fallo.

Lo más seguro es que gane, pero el problema es que ante la negativa de la empresa a pagarle lo justo, lo orillaron a recurrir a los tribunales, lo que implica gastos y tiempo. Es un desgaste psicológico que se pudo evitar, siendo humanistas.

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