POBRECILLO UNIVERSITARIO.
ANECDOTARIO.
POR JAVIER ROSALES ORTIZ.
RELATO 1.-Como dice la canción “Cambia, todo cambia”, y se adapta a la perfección a una historia callejera que puede ser pueril, floja, insulsa, que me toco vivir, pero que para mi tuvo un significado que ayer y hoy me mueve a hacer comparaciones.
A eso del mediodía de un martes hice alto con mi vehiculo en la calle 16, a un lado de un llamativo centro comercial y se me acerco un muchacho de vestimenta modesta, bien peinado, dentadura completa y algo nervioso.
“Buenas tardes señor. Le pido por favor que me ayude, estoy en la cuerda floja por falta de dinero y no traigo ni para comer”, me dijo. Lo miré de frente y él bajo la cabeza. No parecía un charlatán, un vagabundo, ni tampoco un migrante, por eso me sorprendí y él lo noto.
¿Qué es lo que necesitas muchacho?, le pregunté. Más que nada un apoyo económico, una caridad para pagar la renta, para comer, para poder desplazarme en el camión hasta la UAT, se apuro en contestar. ¿Eres estudiante?. Si, del segundo semestre de la Facultad de Comercio y soy de San Fernando.
¿Y porque te ves tan mal?. Porque no tengo dinero para comer y moverme.
¿Y tu familia?. Solo tengo un hermano y está en Estados Unidos sobreviviendo.
¿Y aparte de estudiar, no trabajas?. A veces, solo temporal porque prefiero mi universidad.
¿Y rentas aquí?. Si, pero ya debo dos meses y me van a correr.
De la bolsa de su arrugada camisa saco una credencial de la UAT, me la mostró y comprobé que estaba vigente.
“No le miento señor, mi situación es critica y me veo obligado a hacer esto”, me dijo.
¿Y la UAT, y el gobierno de Cabeza de Vaca y el municipio de Victoria no te ayudan?. “No, ya me canse de buscarlos y nada”.
Así, en corto, le entregue cien pesos, un billete que observó sorprendido. “Gracias, le juro Don que no le voy a fallar, que voy a terminar mi carrera sea como sea. Me miro y se fue.
Que tiempos aquellos cuando nadie le extendía la mano a los jóvenes desesperados. Y del ex gobernador panista, de Xico y de Guillermo, que se podía esperar.
Ahora todo indica que es distinto, porque por mencionar algo la UAT si tiene un rector que escucha y apoya.
Es esta una breve historia que no habla bien.
Del pasado.
RELATO 2.- Basta con examinar las cientos de fotografías que han circulado por los medios para deducir que Eduardo Gattas Báez, está en el ánimo de los ciudadanos que quieren, si que quieren, que siga al frente del ayuntamiento de Ciudad Victoria.
Palabras más, palabras menos, Lalo arranca sonrisas porque es dueño de ese don de hacer de inmediato química con quien tiene enfrente, he inyecta energía, algo que debe tener cualquier gobernante para mantenerse vigente.
Le gusta a él, vaya que le agrada, poner atención a las demandas del populacho y de los sectores productivos de la capital tamaulipeca y eso le ha funcionado bien.
Lalo tiene más amigos que enemigos, porque su carácter le ayuda.
Antes de ser alcalde me lo encontraba seguido afuera de un centro comercial local con su esposa Lucy y sus hijos, cargando el mandado para meterlo en su vehiculo, pero se detenía para saludar a los cuates.
Ahora, como munícipe, Lalo no ha cambiado y eso es muy bueno.
Porque así se gana y se avanza.
Y él, no pierde.
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