Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez
Con el título de “Eliminar a la instancia autónoma que evalúa la educación en México es un atentado contra la democracia: INEE”, el Instituto que presidió (2013-2017) Sylvia Irene Schmelkes del Valle, el 18 de enero pasado, inició su campaña que bien pudiera interpretarse como su réquiem.
Ironías de la vida, ahora el #ACiegasNo, #AutonomíaSí, es la identificación de la campaña, que intentar ser el contrapeso al Poder Ejecutivo que preside don Andrés López, en el tema de eliminar, de echar para atrás la mal llamada ‘reforma educativa’.
“El INEE reitera que cualquier acción que se implemente para mejorar el sistema educativo, debe surgir de un diálogo plural, objetivo, sin prisas, y pensando siempre en el bienestar de los niños y niñas de México.” dice el texto recibido por correo electrónico.
También señala “…que la evaluación docente es una responsabilidad de las autoridades educativas federal y estatales, conforme a la legislación en la materia.”
La idea que viene a mi mente, solo al leer estos dos primeros párrafos, es la contradicción, puesto que para la creación del INEE, no se consideró la opinión de los maestros, si acaso fue una élite partidista la que fue convocada para no solo idear el Instituto, sino para validar su función y alcance.
Posiblemente esté en un error de apreciación, pero el Instituto Nacional de Evaluación Educativa tiene el tiempo contado, porque los profesores vieron en su instauración un instrumento de castigo, una sala de juicios donde los maestros jamás tuvieron voz.
Desconozco cuáles fueron los motivos de que investigadores de la talla de Doña Sylvia Schmelkes, destacada y reconocida por su trabajo en Educación Intercultural, su libro “Hacia una Mejor Calidad de Nuestras Escuelas”, con Estudios Exploratorios sobre Prácticas en Programas de Apoyo a Indígenas en Educación Superior, y los más de 100 trabajos científicos publicados, insisto, no me explico qué le llevó a aceptar ser la verdugo del magisterio mexicano.
Por fortuna para esta investigadora, egresada de la licenciatura en Sociología y de la Maestría en Estudios sobre Educación, por la Universidad Iberoamericana, oriunda de la Ciudad de México, se retiró antes de culminar el sexenio del de Atlacomulco.
Lo que queda del INEE dice que “…reitera que para garantizar el cumplimiento del derecho a una educación de calidad con equidad para todos los mexicanos, se requiere contar con información confiable y transparente sobre los diversos componentes del Sistema Educativo Nacional.”
En este renglón no mienten, porque desde el punto de vista legal eso es lo que dice la norma, solo que en los hechos la educación de calidad que se aduce nunca se vio ni por asomo en el sexenio que más que gris, fue de una mancha vergonzosa.
Es cierto que “Es necesario saber qué aprenden los alumnos en los diferentes niveles educativos, cómo se encuentra la infraestructura escolar en todo el país, cuánto dinero se destina a la educación obligatoria, cómo se adoptan los planes de estudio y cuáles son las características de los docentes en el país.” Sin embargo hay trampas en el mismo sistema.
¿Qué aprenden los estudiantes en la escuela? La respuesta es simple: lo que señala el programa que entrega a los profesores la Secretaría de Educación Pública, incluyendo las planeaciones el último viernes de cada mes en los Consejos Técnicos.
¿Cómo se encuentra la infraestructura escolar? Es otro señalamiento, también es simple, lean los reportes que generan directores e inspectores escolares y verifiquen.
¿Cuánto dinero se destina a la Educación? Por favor señores del INEE, busquen, indaguen. Pero no se contenten con ello, supervisen la aplicación real, como la asignación de plazas docentes, el perfil en la formación de los maestros del sexenio peñista, donde ‘se colaron’ profesionales de áreas muy diversas y ajenas completamente a la docencia, pero que ustedes avalaron.
Ahí están las múltiples respuestas a los cuestionamientos que pueda plantear el INEE.
Quién no las quiera identificar, es porque cierra los ojos a la realidad. Platiquen, conversen, entrevisten o encuesten a los profesores de escuela, a los normalistas que todavía trabajan como maestros.
Cómo obligaron a una evaluación sobre Planes de Estudio y Programas a empleados que sin preparación académica, tienen más de 20 años en trabajos administrativos, pero con plazas de profesores que el mismo sistema ha dispensado.
La realidad ahí está, pero la administración del sexenio pasado quiso y logró descargar su frustración contra los maestros de México, que una vez más demostraron su lealtad al trabajo, su profesionalismo a la educación.
¿Ya se olvidaron que para justificar los ‘golpes’ a los maestros se manipularon los videos de la película “De Panzazo!!!!” donde aparecen como productores Claudio X González y el mismo Carlos Loret de Mola?