Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno
Con el respaldo de Ramón Garza Barrios, Rogelio Soto Quiroz busca ser candidato de Morena a la presidencia municipal.
Ambos hicieron mancuerna en el 2018, Ramón como candidato a la alcaldía y Rogelio como su suplente.
Ahora el panorama ha cambiado. Nos cuentan que el ex alcalde y ex líder del Congreso del Estado ha decidido respaldar las aspiraciones de su compadre y amigo, el exregidor Rogelio Soto a quien en el 2018 se le asignaron varias secciones electorales y en todas operó también que los resultados fueron favorables para Morena. Sabe operar, sabe cómo actuar y cómo moverse en el territorio y tiene un grupo de colaboradores que confían en él y se entregan al 100 por ciento cada vez que los convoca para alguna tarea en específico.
En el 2018, Garza Barrios y Soto Quiroz dieron la batalla en las urnas. Siete mil votos fue la diferencia entre ellos y el ganador, con una campaña muy modesta en recursos económicos. Lograron 40 mil votos, le dieron competitividad a Morena y lo convirtieron en la segunda fuerza electoral en Nuevo Laredo. Con ese antecedente, ahora Ramón cede la estafeta a Rogelio, lo está impulsando para que sea el candidato de Morena y además lo va apoyar con su estructura y contactos políticos.
La mancuerna Ramón-Rogelio sabe que la competencia interna no es fácil. Sergio Ojeda y Carmen Lilia Canturosas están haciendo su tarea para que Morena los favorezca con la candidatura.
Sin tener una posición pública, Rogelio Soto se mantiene muy activo en las redes sociales, con mensajes de tipo político y social y cada vez que sube uno nuevo, genera toda clase de comentarios, la mayoría favorables hacia su persona y movimiento.
Además realiza labor social, apoyando con despensas, medicamentos, consultas médicas, asesorías contables, y otra clase de respaldos, a gente que se lo pide o que él se entera que necesitan apoyo.
A través de las redes, promueve la unidad entre los morenistas, como regla necesaria para que el partido pueda crecer. Los adversarios están enfrente, es su mensaje.
En otro tema, de nueva cuenta, el gremio periodístico está de luto, con el lamentable fallecimiento del reportero Pablo Trinidad Arteaga. Trabajamos juntos en varias empresas. En diciembre de 1982 un servidor ingreso al periódico El Diario y varias semanas después hizo lo propio Pablo Trinidad. Convivimos infinidad de veces, en una época en que divertirse era obligado.
El destino quiso que nos encontráramos más adelante en algunas otras empresas y con el paso de los años, a la distancia mantuvimos una discreta cercanía.
A Pablo le gustaba la convivencia. En los últimos años su casa fue punto de reunión para carnes asadas organizadas a último momento, en las que los asistentes comíamos y pasábamos un rato agradable, A muchos les gustaba saborear la salsa de tomate y chile jalapeño crudos, que Pablo preparaba en un pequeño molino, que le era requerido con frecuencia. Nuestro pésame a sus hijos y familia. Descanse en paz.