Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno

Cuando Patricia Mercado fue candidata presidencial del Partido Alternativa Socialdemócrata, en el 2006, vino a Nuevo Laredo y ofreció una conferencia de prensa en la que habló con el liberalismo que la caracteriza.

El dirigente local del PAS, Víctor Martell Alvarado, tuvo la idea de regalarle unas botas vaqueras en el lugar mismo de la conferencia y ahí mismo la candidata las sacó de la caja, se las probó y agradeció el detalle.

Patricia Mercado, actual senadora del Movimiento Ciudadano, estará en Nuevo Laredo el próximo 29 de marzo, en el teatro principal del Centro Cultural, junto con las también ex candidatas presidenciales, Cecilia Soto, en 1994 por el Partido del Trabajo; Josefina Vázquez Mota, por el PAN en el 2012: y Margarita Zavala, independiente, en el 2018.

Va a ser interesante ver y escuchar la visión de cada una de estas ex candidatas presidenciales, dos muy liberales y dos muy conservadoras, con posiciones diferentes, pero interesantes. Algo así como Ignacio Ramírez y Manuel Payno; o Carlos María de Bustamante y Lucas Alamán.

Por su edad, 92 años, no es posible invitar a Rosario Ibarra de Piedra la primer mujer mexicana en ser candidata presidencial, en 1982, por el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Doña Rosario era una ama de cada cuando la sorprendió la desaparición forzada de su hijo Jesús Piedra, involucrado en el intento de secuestro y asesinato de Eugenio Garza Sada –incidente en el que se vieron envueltos varios neolaredenses–. A fin madre, Doña Rosario inició una larga lucha para buscar a su hijo en cuarteles militares y celdas clandestinas. A ella se sumaron muchas madres más. Fue la época de la guerra sucia.

En fin, la presencia de estas cuatro ex candidatas presidenciales en Nuevo Laredo se antoja una sesión interesante.

En otro tema, mientras las tribus morenistas riñen y se devoran entre sí, el PAN está enfrascado en la revisión de sus estructuras territoriales, su ejército de representantes de casilla, abogados defensores del voto y en la revisión de sus operadores.

Los triunfos se construyen en el territorio y para ello es necesaria la unidad. Cuando prevalece la división, dificulta la victoria.

El distrito más complicado es el 3, por su extensión territorial, pero también por la inseguridad. En el pasado reciente, de esa zona han sido expulsados, a punta de pistola, activistas y candidatos de Nuevo Laredo.

Ahí, el candidato panista Félix Fernando García Aguilar se está apoyando en la estructura que en su momento formó Jaime Emilio Gutiérrez, sobre todo en los municipios de a ribereña.

A Jaime Emilio lo despreció el PRI, lo trataron como si fuese un delincuente, por eso se fue al PAN y todo lo que aprendió en el Revolucionario Institucional ahora lo pone al servicio del panismo.

Los partidos deben entender que a sus militantes debe apapacharlos y tratarlos bien, porque ante el primer desprecio que le es hagan, los activistas optan por buscar nuevos horizontes.