Temas de inseguridad

Eduardo Pacheco
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Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez

Pudiera ser que el Coronavirus sea el pretexto de muchos para delinquir, cuando argumentan que se quedaron sin trabajo y hay familia que mantener, que el hambre hace cometer ilícitos hasta a plena luz del día y con descaro.

Por desgracia no solo es el COVID-19 la causa, también en muchas partes del país hay gente en calidad de indigentes que llegaron de otros países y que su estatus en el país es el de ilegales, producto de las caravanas que pretenden ingresar a Gringolandia.

Las estadísticas policiales sobre asaltos a transeúntes y los robos a domicilio se han multiplicado en varias ciudades del país, incluso se habla de violencia, cuando obligan a abrir las puertas de los hogares.

En Tamaulipas también suceden ese tipo de cosas y poco a poco pareciera que algunos estacionamientos de mercados de autoservicio, se están convertido en centrales de asaltos y de extorsión.

En otros tiempos se veía el patrullaje de seguridad pública en el estacionamiento de centros comerciales, hasta fuerzas federales y el mismo ejército participó en ese tipo de patrullaje, pero eran otras épocas.

En los tiempos de coronavirus, ni por error se ven vehículos policiales en un rondín, en el estacionamiento de mercados de autoservicio. Claro, a menos que se trate de una balacera, un levantón o la aparición de algún encajuelado, como sucedió en el pasado.

Ayer se denunció un evento que causó extrañeza para algunos, al ver limpiaparabrisas ‘trabajando’ en el estacionamiento de Wal-Mart Berriozabal, localizado al oriente de la capital cueruda.

Por cierto, con la idea de tener algún control sobre los limpiaparabrisas, en algún momento el DIF, entregó tarjetones de identificación a este sector compuesto, en su mayoría por hombres, jóvenes e infantes, aún en menor proporción, mujeres de todas las edades.

La polémica que se originó fue lo benéfico o burocrático de la medida, pues el que los limpiavidrios de autos y vendedores de cruceros trajeran esa identificación, no garantiza en nada la no comisión de delitos.

El caso es que con gafete identificador o no, una ama de casa denunció en esta redacción, a dos varones (con el cubre bocas no se calcula la edad) que se acercaron a su auto para intentar limpiarle los vidrios, pese a la negativa de la mujer y al movimiento del vehículo, uno de ellos de repente empezó a golpear el cofre, argumentando le había pasado la llanta encima del pie.

La dama que recientemente salía de Wal-Mart no entendía lo que decía el ‘trabajador del paño’, hasta que bajó el cristal de la ventanilla y se percató del reclamo que le hacía al pasarle la llanta por el pie.

Una pareja, percatándose de los hechos, se acercó para decirle al actor “No te pasó nada… señora no le haga caso, se quitó el zapato para que la llanta lo aplastara y empezó a gritar… y tú no seas cabrón y píntale para otro lado porque voy a llamar a la policía…”

La compradora del mandado, subió a su automóvil y enfiló a su casa, mientras escuchaba el cúmulo de palabras altisonantes de que los limpiaparabrisas le destinaban a la pareja ‘metiche’, que les impidió hacer su extorsión.

¿Denuncia? No, dijo la ama de casa, “…para qué, a quién acuso, no les veo la cara… corro mayor riesgo si los denuncio…”

¿Son los supermercados centros de inseguridad? Ahí donde compramos los alimentos de la familia, ahí donde debiéramos estar seguros, encontramos ¿desestabilidad?

En los hechos están las respuestas, porque si las políticas públicas no permiten llegar a buenos resultados, es porque no hay acciones que pongan el remedio.

¿Los comercios o la seguridad pública son los responsables de la comisión de delitos? Las áreas públicas, como los estacionamientos, pertenecen a la tienda, al comercio y quizá debiera ser él quien responda.

Sin embargo, en los accidentes de tránsito dentro del estacionamiento de un mercado de autoservicio, la autoridad de tránsito policial debe obtener la autorización de la Tienda para poder actuar por ser una propiedad privada, supongo. Luego entonces la comisión de un delito como el que se denuncia hoy, también aplica la misma regla.

El esfuerzo de los tamaulipecos debe verse compensado en el mismo nivel por sus autoridades, no son cosas aisladas o unilaterales, el tema es bilateral, porque los salarios de los funcionarios -de todo los niveles- se conforma de los impuestos que pagamos, entre ellos el predial, el IVA, del producto del trabajo, etc.

En esta época decembrina lo mejor que podemos hacer es cuidarnos, no solo de actos relacionados a la pandemia, sino evitar darnos el lujo de ser incautos y evitar caer en las trampas de extorsionadores, porque por la narrativa de la ama de casa, por ahí se enfilaban los hechos.

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