
Azahel Jaramillo H.
Y logré bloquear Av. Carrera Torres
¿Cómo están? ¿Ya les conté del día en que, siendo reportero de información local de El Diario, me puse a organizar el bloqueo a la circulación vehicular de la Avenida Alberto Carrera Torres, justo a dos cuadras del Estadio “Marte Rodolfo Gómez”?
La anécdota es esta. Estábamos en Victoria en medio de un caluroso verano. Y ocurrió que la tarde del 14 de agosto de 1985, es decir ya llovió y relampagueó, siendo yo un veinteañero reportero, llegaron a las oficinas del periódico, en el 20 Allende, dos mujeres muy enojadas.
La recepcionista del periódico me marca a mi extensión telefónica, y me pide que vaya a recepción pues unas vecinas quieren poner una queja.
Acudo. Me encuentro con dos mujeres jóvenes que me dicen viven por la esquina del 20 Carrera Torres, que están batallando mucho, que tienen varios días sin agua en las llaves de sus casas, que en las noches apenas si sale bien poquita agua, que tienen hijos pequeños y que no se vale.
Se quejaban de la llamada entonces COAPA, Comisión de Agua Potable (lo que es hoy COMAPA). Y que a la COAPA ya se habían ido a quejar, pero que nada les resolvían.
“¡Póngale ahí, que los de la COAPA son unos buenos para nada!”, añadiendo que a día siguiente iban a cerrar la calle a la circulación de carros en protesta. Que iban a cerrar a las 6 de la tarde, que me llevara un fotógrafo, y que ahí me esperaban.
Escribí la nota, misma que salió publicada al día siguiente, en forma discreta, en páginas interiores. Y ocurrió que ese día como a la 1 de la tarde me encontré en el centro de Victoria, casualmente a Alejandro Valladares Almanza, que entonces era reportero estrella de Organización Radiofónica Tamaulipeca.
Y que me dice Valladares: “Fíjate, que de la nota que te publicaron hoy del cierre de la Carrera Torres, me encontré hace rato al ingeniero Antonio Carlos (Valdez), y del tema nomás se rió, se burló”.
Le dijo Antonio Carlos, entonces poderoso Secretario de Obras Públicas en el sexenio del Dr. Américo Villarreal Guerra: “Nombre, Valladares, que cierre de calle, ni que nada. No van a bloquear Carrera Torres, vas a ver, ja ja ja”.
Yo traía la experiencia de haber sido reportero de locales en Monterrey, y en Nuevo Laredo, con pocos meses de trabajar en Ciudad Victoria.
Y bueno, a las 6 de la tarde, con el fotógrafo Héctor Vega llegué al 20 Carrera. Y dicho y hecho. No había nadie en la calle. Solamente estaba el agente, (“el oreja”, como le decíamos los periodistas), de la Secretaria de Gobernación federal.
Y bueno, con el dato del domicilio de las quejosas, toqué la puerta de una casa. Que sale una de ellas, y que le pregunto: ¿Bueno, y qué pasó con la manifestación?
–“Pues es que los vecinos no quieren, oiga”
–¿Cómo de qué no quieren? Hábleles, que agarren unas cubetas y que salgan con sus niños.
Vamos a bloquear la calle, le dije.
Y dicho y hecho. Se fueron colocando en la calle, con sus hijos y sus cubetas vacías, bloqueando la pasada de carros.
Los carros se empezaron a detener. Héctor Vega se puso a tomar fotos. Y al día siguiente fue la nota, de 8 columnas, principal del periódico: “Bloquean calles: Quieren agua”.
La nota que hice dice: Al grito de “¡queremos agua!, ¡queremos agua!”, un grupo de amas de casa que viven en el 20 Carrera Torres, acompañadas de sus pequeños hijos, bloquearon ayer dicho crucero obstaculizando el tráfico de automóviles como manifestación de protesta por la escasez de agua que han venido padeciendo los últimos dos meses.
Las amas de casa y sus hijos, en punto de las seis de la tarde, tomados de la mano se colocaron a lo largo de la calle, de esquina a esquina gritando: “¡agua, agua!, ¡queremos agua!”, ante sorpresa de automovilistas que circulaban de poniente a oriente.
Y añade la nota: “La circulación vehicular se vio bloqueada por espacio de 10 minutos ante la paciente espera de algunos automovilistas y pasajeros de algunas “peseras”, y la impaciencia de algunos otros que con el claxón pedían pasar”.
Fue un bloqueo de 10 minutos. Como reportero yo solo me quería asegurar la toma de fotografías para constatar el bloqueo.
Algo sabía el ingeniero Antonio Carlos Valdez de la mentalidad de los victorenses de hace 40 años. De aquel tiempo recuerdo que un día llegué a las oficinas de Telégrafos Nacionales, en el Palacio Federal, para mandarle dinero a mi madre en Cd. Madero. Ahora se puede hacer una transferencia de dinero desde un celular, pero en aquellos años había que ir a poner “giros”. Llegué al lugar y había una fila como de 15 personas esperando, ante el largo mostrador. Me formé en la fila. Y a los dos minutos llegó una dama, bien vestida, como de 30 años, que ignorando la fila, la “cola”, se fue directo al mostrador. Y personal de Telégrafos la empezaron a atender.
Ante esto, desde mi lugar 16 o 17 de la fila ,grité: ¡Ey que pasa ahí! “, ¡que haga fila como nosotros!”. Los empleados de Telégrafos me ignoraron. Y ninguno de los de la fila hizo alguna expresión de rechazo a la acción de la dama que no hizo fila.
Había entonces en Victoria influyentes que no hacían fila ni para comprar tortillas, según me dijo mi madre en aquellos días.
Con seguridad en el caso de que no haberme enterado, por Alejandro Valladares, de lo que dijo el ingeniero Antonio Carlos, ahí habría quedado el asunto. Por cierto que hace semanas, recorriendo en mi carro el área residencial cercana al Hospital de Altas Especialidades me percaté que una amplia avenida lleva por nombre: “Ing. Antonio Carlos Valdez Balboa”. El ingeniero es fundador de la empresa Constructora del Noreste S.A.
¿Ya les conté de cuando me dijeron que Cd. Victoria era “la ciudad del vale”? Luego vemos ese tema. Feliz fin de semana. NOS VEMOS.
Azahel Jaramillo Hernandez